Culpa

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—Despierta porfavor mi amor— susurre. Se que esta estable, que esta bien pero no puedo desacer la ansiedad que me consume. Quiero verlo, quiero que me miré a los ojos.

Mi corazón latía con tanta fuerza, él terror comenzó apoderarse de mi ser. No quería perderlo, no podría vivir sin él.

El tiempo pasó lentamente, es algo tan doloroso la espera, no pude dormir, tenía miedo, solo quería verlo bien.

—Familiares de Min Yoongi— hablo el doctor a cargo.

—Soy yo— contesté.

—Estuvimos analizando el caso de Min Yoongi y no es la primera vez que hace algo fuera de lo común, a venido hace unos días por autolesion, lo más recomendable es hospilizarlo en un hospital psiquiátrico— mencionó.

¿Es lo mejor? Pensé ¿Si entra a un psiquiatra mejorará? Pero esta no es una historia dentro de un psiquiatra.

—No lo creó— dije firme.

—Señorita, el paciente lo necesita—

—Lo sé, pero el no quería ser hospitalizado en un psiquiatra—

—No se trata de lo que él quiera, el paciente no está en condiciones de decidir lo mejor para él—

—No puedo hospitalizarlo, no me lo perdonaría, así que es un no—.

—Muy bien, entonces me firmara una responsiba, si le sucede algo a Min Yoongi, se autolesiona o se quita la vida usted será responsable y pagará ante las autoridades— dijo en forma de amenaza.

Aquellas palabras me aterrorizaron, tenía miedo, pero no puedo dejarlo solo en un hospital psiquiátrico. No puedo hospitalizarlo por mi culpa. Todo lo que hizo fue mi culpa, soy responsable de sus acciones. Todo es mi culpa, ¿no es así?

—Pude llevárselo cuando despierte— dijo finalmente y se retiró.

¿Estoy haciendo lo mejor? ¿Es esto lo correcto? Si tan solo no me hubiera ido, nada de esto estaría pasando.

Caminé a la habitación donde se encontraba Min, el cual ya había despertado.

—Mi amor— hablé al verlo despierto. Sentí un gran alivio, no lo volvería a dejar. Aunque la vida me cueste.

—T.N, regresaste— hablo mientras me miraba. —Creí que jamás regresarias— sus palabras me dolían, no era capaz de dejarlo.

—Jamás te dejaré— dije y tomé su mano. —No puedo dejar lo que más amó. No puedo— dije con lagrimas en los ojos. Soy culpable de todo lo sucedido.

—Vámonos a casa T.N, ya no quiero estar aquí—.

—Vámonos—.

Regresamos como hace días, con sus manos vendadas. Tenía las venas lastimadas, cualquier esfuerzo podría abrir las heridas de nuevo.

—Besame— ordenó. —Besame T.N, besame—.

Mire sus labios, eran tan apetitosos, pero tenía miedo de lastimarlos, quería probar nuevamente aquellos labios que me seducian en cada momento pero no podia, una parte de mi me detenia.

—Besame— ordenó nuevamente. En ningún momento separé mi vista de aquellos labios carnosos, aquellos labios deseosos por ser besados. —¿No deseas besarme?— preguntó, me miró fijó y acercó sus labios a los míos besando estos, solo un beso despertaba en mi el deseo, la lujuria de ser suya. No quería solo un beso, quería seguir y no era la única.

—Detente— separé mis labios y mi cuerpo que eran sostenidos.

—¿Por qué? ¿Ya no me deseas?— preguntó y sus ojos comenzaron a cristalizarse.

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