Ali

1.7K 265 47
                                    

Dos figuras encapuchadas están frente a nosotros, pasa los láser de alarma alarmandome de inmediato pero me quedo quieto cuando no hay sonido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dos figuras encapuchadas están frente a nosotros, pasa los láser de alarma alarmandome de inmediato pero me quedo quieto cuando no hay sonido.

— Ustedes son mejor que esto. Asaltar un banco. — Toma el diamante entre sus manos y me lo lanza dejando que lo atrape.

— ¿Quienes son? — Retrocedo y llevo mi mano a mi costado tomando mi arma.

— Yo no haría eso si fuera tú. — Se baja la capucha dejándome ver a una joven con el cabello castaño y sus verdes.

Miro al que falta pero no se mueve, se mantiene detrás de ella como su jodido león.

— ¿O qué?

— No escucharas mi gran oferta Ali. Se perfectamente quien eres, que tiene tu familia y dónde están. Yo los tengo en mi poder.

Saco mi arma apuntándole pero de inmediato el que ahora se que es hombre saca su arma y dispara en mi arma tirándola al suelo.

Ella alza su mano de teniéndolo para que no vuelva a abrir fuego, miro a todos lados esperando que venga mi gente.

— No busques una salida, he entretenido perfectamente a todos sin ningún problema. No vengo a hacerte daño. — Me extiende una tableta y la tomo viendo una video llamada de mi hija.

— ¡Papi, hola! — Me saluda llevándose un pastelito a la boca — La señorita me trajo a comer pasteles.

— ¿Estás bien? — Pregunté con el corazón en la garganta.

Hace meses que no la veía. Lo último que supe es que la pirámide la buscaba.

Estoy bien. — Sonríe y escucho como le hablan y me cuelga sin más.

— ¿Y quién es el? — Señalo a su León humano devolviendo la tablet.

— Eso no es relevante, la pregunta correcta es. ¿Quién soy yo? Vengo a ofrecerles un trabajo Ali. Una buena paga y lo único que tienen que hacer es distribuir mi droga y bombardear todo lo que yo quiera sin preguntas u objeciones a menos que yo lo pida.

Niego un poco y me sale una risa irónica. — ¿Qué puede hacer una niña como tú? No pasas ni los veintitrés eso seguro.

— Lo que importa es la inteligencia y yo la tengo, pero si así son las cosas. — Su sonrisa se borra — Voy a darte una advertencia. Ya que hoy estoy de amable. No te pongas en mi contra, no te metas en mi camino y si me entero que abriste la boca sobre mí y me intentas buscar...ella. — Mueve la tablet dándome una sonrisa — Se muere. No importa dónde la escondas, quien la tenga y dónde la tengas. Estoy en todas partes Ali. Eso tenlo por seguro.

Se da la vuelta y camina haciendo resonar sus botas el hombre encubierto se queda frente a mí esperando que me valla. — Mañana tu hija llegará sana y salva, esperala aquí a primera hora. Suerte escapando de la policía. Mahala.

Una Extra Muy Afortunada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora