Dos figuras encapuchadas están frente a nosotros, pasa los láser de alarma alarmandome de inmediato pero me quedo quieto cuando no hay sonido.
— Ustedes son mejor que esto. Asaltar un banco. — Toma el diamante entre sus manos y me lo lanza dejando que lo atrape.
— ¿Quienes son? — Retrocedo y llevo mi mano a mi costado tomando mi arma.
— Yo no haría eso si fuera tú. — Se baja la capucha dejándome ver a una joven con el cabello castaño y sus verdes.
Miro al que falta pero no se mueve, se mantiene detrás de ella como su jodido león.
— ¿O qué?
— No escucharas mi gran oferta Ali. Se perfectamente quien eres, que tiene tu familia y dónde están. Yo los tengo en mi poder.
Saco mi arma apuntándole pero de inmediato el que ahora se que es hombre saca su arma y dispara en mi arma tirándola al suelo.
Ella alza su mano de teniéndolo para que no vuelva a abrir fuego, miro a todos lados esperando que venga mi gente.
— No busques una salida, he entretenido perfectamente a todos sin ningún problema. No vengo a hacerte daño. — Me extiende una tableta y la tomo viendo una video llamada de mi hija.
— ¡Papi, hola! — Me saluda llevándose un pastelito a la boca — La señorita me trajo a comer pasteles.
— ¿Estás bien? — Pregunté con el corazón en la garganta.
Hace meses que no la veía. Lo último que supe es que la pirámide la buscaba.
— Estoy bien. — Sonríe y escucho como le hablan y me cuelga sin más.
— ¿Y quién es el? — Señalo a su León humano devolviendo la tablet.
— Eso no es relevante, la pregunta correcta es. ¿Quién soy yo? Vengo a ofrecerles un trabajo Ali. Una buena paga y lo único que tienen que hacer es distribuir mi droga y bombardear todo lo que yo quiera sin preguntas u objeciones a menos que yo lo pida.
Niego un poco y me sale una risa irónica. — ¿Qué puede hacer una niña como tú? No pasas ni los veintitrés eso seguro.
— Lo que importa es la inteligencia y yo la tengo, pero si así son las cosas. — Su sonrisa se borra — Voy a darte una advertencia. Ya que hoy estoy de amable. No te pongas en mi contra, no te metas en mi camino y si me entero que abriste la boca sobre mí y me intentas buscar...ella. — Mueve la tablet dándome una sonrisa — Se muere. No importa dónde la escondas, quien la tenga y dónde la tengas. Estoy en todas partes Ali. Eso tenlo por seguro.
Se da la vuelta y camina haciendo resonar sus botas el hombre encubierto se queda frente a mí esperando que me valla. — Mañana tu hija llegará sana y salva, esperala aquí a primera hora. Suerte escapando de la policía. Mahala.
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Una Extra Muy Afortunada
FanfictionEntre a el mundo de la lectura a los once años. Ahora resulta que soy una antagonista en el mundo de un libro que no conozco pero se la mayoría de cosas importantes por fanfinc.