Capítulo V: Dame tu Opinión

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Puedo decir, que me gusta la idea de quedarme aquí. Además de protegida, se que me llevaré bien con todos, o en su mayoría, ya que Rin me odia profundamente - y eso que todavía no se por qué -.

Len me presentó a sus amigos. Uno de ellos, es "la acosadora de Miku", según él mismo. Me presento a Kaito, el fantasma. Estaba a punto de gritar y salir corriendo como la primera vez, pero Len me tomo de la mano y me la apretó, en señal de que no tenía nada temer. Me explicó, que es un fantasma inofensivo, que le encanta hacer bromas, (y lo primero que se me paso por la cabeza, fue que me estuviera bañando y de repente, de la canilla apareciera y me viera desnuda), muy amigable...

-Y soltero por el siglo de los siglos...- hablo y dejo la frase inconclusa Kaito.

-Amén- soltó con énfasis, Len. No estaba enojado, lo afirmaba más bien.

Después de que Len me dijese que Kaito está más solo que un perro (y que la verdad, ese hecho me pareció gracioso, ya que lo encontré lindo), me dio hambre. Por desgracia, la jalea se había acabado y no había nada más.

-¿Siempre... Sufren de hambre?- pregunte tímidamente. Me daban pena. Al menos yo, tenía comida - aunque me maltrataban, pero tenía -.

-Sí... Lo siento- no entendí el por qué se está disculpando. Eso es muy común, o al menos. -Oye, lo mejor va a ser que te cures esas heridas pronto.- aunque están vendadas, ¿Por qué lo dice? Ah... Es un vampiro...

-No puedo curarla más rápido.

-¡Usa tu poder!- me dijo de manera muy obvia.

-¿Poder? Soy una humana, no tengo ninguna clase de poder.

-Ah... Entonces... No, olvídalo.

Me puse a pensar, en qué podía hacer para darles algo de comer. Pero, había otra cosa mucho más importante - o lo es para mí -, y eso, es la ropa. Hace ya dos noches que tengo la misma, y quiero deshacerme de ella. Pero la demás ropa se ha quedado en mi casa, y lo único que traje fue el relicario y el diario, que este último por desgracia mas grande, no estaba conmigo (y deberé suponer que esta en alguna parte de este bosque).

-Oye, Len.- el mencionado, giro su cabeza hacia mí. Ya se había sentado en el sillón, luego de que Miku desapareciera mágicamente. -Em... ¿Alguno de tus amigos hace ropa?

-Sí, ¿Quieres una nueva?- asenti levemente. -Hubieras dicho cuando Miku estaba aquí

-¡Pero cómo iba yo a saberlo!

-Bueno, calmate. Para que venga, deberás cantar una canción.

-No se cantar- dije de la manera más penosa. Y ya comenzaba a sentir, que aquí no encajaba. Todos son criaturas mitológicas, cantan... ¡Y yo no soy nada!

-Uff, de acuerdo...- tomo un poco de aire, y comenzó a cantar una bonita canción.

Al ya, haberla finalizado, esperamos a que la Neko Miku apareciera. Y así paso. Tenía lágrimas en los ojos.

-¡Precioso! ¡Simplemente perfecto!- aplaudía mientras hablaba. Luego con un tono de colegiala enamorada dijo: -Gracias por quererme tanto. Sabía que algún día me dedicarías esa canción

-Ahm... ¿De que... trata la canción?!- me atreví a preguntar, temiendo que hubiera dicho algo que no debía.

-Mira... Trata sobre dos chicos que son pareja. La chica, un día, enferma gravemente. Su pareja va a visitarla todos los días. Ambos se amaban mucho, pero, desgraciadamente, la chica siente que no puede más, por lo que un día sale afuera mientras esta nevando. Allí, muere. Bajo el manto blanco de la nieve.
El chico se entera que su chica ha muerto por lo que va hasta su casa. Allí ve todos los recuerdos de él y ella, juntos.
Al final de todo, el muchacho decide morir en la nieve también.

La explicación de Miku sobre la canción me conmovió muchísimo. Me quede con una gran duda en mi cabeza, ¿Len había cantado esa canción, por mí? No. No puede ser. No es para tanto, mi vida no vale eso...

-Y bien... ¿Para qué me quieren?- preguntó después de un largo tiempo, Miku.

-Ah si,_____ quiere ropa nueva.- decía, mientras se acercaba a la mesita frente al sofá. Del frutero que estaba allí, vacío, lo tomo, lo observó, para luego decir:-Basura- arrojandolo por la ventana. Al ser de cerámica se hizo añicos en aquel suelo.

-¿Por que no haberlo dicho antes?- pregunto bastante emocionada, Miku. Quien parecía que ganas, no le faltaban.

Me llevó a mi habitación -la que supongo será de ahora en adelante-. Allí, comenzó a tomarme las medidas, anotando en un papel, y preguntando clmo iba a querer la nueva ropa -o las ropas, porque no creo conformarme con una sola prenda-.

-Bueno, cariño, dime como la quieres.- me quede pensando unos minutos. De lo que vi, puedo decir que, esto no es nada parecido a como me vestía en mi casa. La falda la usaban muy corta o, su pantalón -que sólo lo usaban los hombres-, muy corto. Y no tengo que mencionar las camisetas. En este bosque, esas cosas deben ser una de las razones, para que la gente no entrase. -Mou~ tardas mucho. Déjame mostrarte un catálogo donde tengo diseños muy bonitos para ti.- dijo unas palabras en otro idioma y apareció como tres libros, de poco grosor. -Elige lo que te guste.

Para usar ahora, escogí un diseño muy bonito en mi opinión. Constaba de una camiseta, con las mangas caídas hasta un poco más abajo del hombro con la bandere de Inglaterra, mi país. Bajo esta, traía una prenda muy rara -según Miku, eso no es raro-, mientras que de un lado tenía tirantes como musculosa, del otro, era una manga larga. Un pantalón corto - creo que le dicen short-, de un bello color cielo -y al verlo, me hizo recordar los penetrantes ojos de Len-. Unas medias hasta la mitad del muslo, se alternaban en los colores de la noche y la sangre. Escogí unas botas por cinco centímetros bajo la rodilla de color azul con cordones blanco. Y como complemento -que quede claro que no me gusta usar mucha joyería-, una pulsera azul oscuro, que le pedí a Miku me grabara mi nombre. (multimedia)

-Bien, ya está.- me aviso. La prenda, había quedado como yo lo esperaba. Mejor quizás. -Deshazte de esos harapos y pontelo.- hice lo que me dijo, y a los pocoa minutos, ya estaba lista. -Vaya... ¡Te queda hermoso!- me decía mientras daba saltitos de felicidad. -Ve, tienes que mostrárselo a Len

-¿Qué? Pero...

-Nada de pero. Anda ve.- me empujó fuera de la habitación. -Ah, en unos días, volveré para dejarte ropa nueva, de acuerdo a lo que llevas puesto- me guiñó un ojo, antes de desaparecer como mismo había venido.

Baje las escaleras, para encontrarme con Len sentado en el sofá, por supuesto, de espaldas a mí. Estaba con Kaito, que estaba flotando frente suyo, por ende, él si podía verme.

-Te buscan.- le dijo el fantasma al vampiro. El último, se giró para verme, pero no dijo nada.

-Yo... Quería preguntarte si... Si ¿Te gusta?- lo cuestione tímida y nerviosamente. Estaba claro que, en este momento, no quería mirarlo a los ojos. Yo no lo hacía, pero podía sentir como él sí. Me miraba de arriba a abajo, y en sus intentos, atrapar mi mirada, cosa que no logró.

-Sí... Te queda... Hermoso- al decir esa palabra, evitó mi mirada, que no hacía menos la había subido.

-Tch- chasqueo la lengua Kaito -No le hagas caso, es un tonto.- Len le dirigió una mirada asesina -Pero, desde mi punto de vista, a mi me encanta. Siempre admiro el trabajo de Miku...

-¿Te gusta ella?- le pregunto

-No... A Miku le gusta Len, pero él no quiere saber nada del amor--

-Según mis propias palabras- había interrumpido ido a Kaito, el cual lo miraba furioso. Parece que detesta que le haga eso. -"El amor, es una pérdida de tiempo y solo te... arruina la vida"- lo último lo dijo no muy seguro de sí.

Me cuestiono siempre, ¿Qué es lo que pasa por su rubia cabeza?

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Disculpen que haya tardado siglos en publicar /^\ Están en todo su derecho de matarte o hacerme lo que quieran uvu

Bueno, solo pido que me tengan paciencia ¿Si? Son dos novelas las que tengo que actualizar (además de tener una vida fuera de Wattpad). Espero me sepan comprender uwu

¡Los quiero! Y Len también nwn

Voten y comenten, me hacen dar ánimos para escribir ^^

Vampire Life. [Len y Tú]Where stories live. Discover now