#ESPECIAL

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Halloween siempre ha sido una de las festividades favoritas de Hanna Avery. Desde que era una niña, disfrutaba de la magia que rodeaba esta época del año: los colores del otoño, las hojas crujientes bajo los pies y la emoción de disfrazarse y recolectar dulces. Pero a medida que crecía, se dio cuenta de que Halloween podría ser aún más especial cuando compartía esta tradición con su esposa, y sus tres hijos: Zola, Ellis y Bailey.

La casa de Meredith y Hanna siempre se convertía en el epicentro de la celebración de Halloween en su vecindario. Desde principios de octubre, las dos mujeres y sus hijos comenzaban a decorar la casa con calabazas, luces parpadeantes y esqueletos colgantes. Zola, la mayor de los tres niños, era la más entusiasta y organizada de todos, y se encargaba de hacer una lista de todas las decoraciones necesarias.

Ellis, la menor, tenía la tarea de tallar las calabazas bajo la supervisión de su mamá Meredith. Le encantaba ahuecar las calabazas y dibujar caras espeluznantes en ellas, aunque su madre siempre terminaba haciendo los cortes finales para asegurarse de que las calabazas quedaran perfectas.

Bailey, el niño del medio, era el maestro de las bromas de Halloween. Siempre estaba pensando en maneras creativas de asustar a sus hermanas o a los amigos que venían a la fiesta. Hanna, con su amor por las manualidades, ayudaba a Bailey a crear trajes y decoraciones espeluznantes para dar vida a sus ideas.

El día de Halloween, la casa de Meredith y Hanna estaba llena de risas y emoción. Zola, Ellis y Bailey se disfrazaron con trajes que habían diseñado juntos: Zola era una bruja, Ellis una calabaza y Bailey un espantapájaros. Las tres se veían adorables, y sus madres no podían dejar de tomarles fotos en cada rincón decorado de la casa.

Por la tarde, organizaron una "cacería de dulces" en el patio trasero. Meredith y Hanna habían escondido dulces en diferentes lugares, y los niños tenían que buscarlos siguiendo pistas que habían dejado. Bailey se puso en el papel de "guía" y dirigió a sus hermanas por todo el jardín. La emoción y la risa llenaron el aire mientras los niños corrían de un lado a otro, recolectando dulces y resolviendo acertijos.

Más tarde, cuando oscureció, las familias del vecindario comenzaron a llegar para la gran fiesta de Halloween. Meredith y Hanna habían preparado una variedad de deliciosos bocadillos y bebidas, y la casa estaba llena de música alegre y risas. Los niños mostraron orgullosos sus disfraces y recibieron elogios de amigos y vecinos.

La noche continuó con juegos de Halloween, como el "Toc-Toc en la puerta", donde los niños tocaban la puerta de la casa de los Avery-Grey y eran recibidos con dulces y trucos, o el concurso de disfraces en el que todos los niños y adultos votaban por su disfraz favorito. Zola, Ellis y Bailey estaban emocionados de ganar el primer lugar en sus respectivas categorías.

A medida que avanzaba la noche, las familias se reunieron alrededor de una fogata en el patio trasero. Contaron historias de Halloween, rieron y disfrutaron de malvaviscos asados mientras el aire se llenaba de la magia de la festividad.

Finalmente, la noche llegó a su fin con un impresionante espectáculo de fuegos artificiales. Mientras los colores brillantes pintaban el cielo nocturno, Meredith y Hanna se tomaron de la mano y se miraron con amor y gratitud. Habían creado una familia fuerte y unida, llena de amor y apoyo. Halloween, con su espíritu de diversión y unión, era solo una manifestación más de la hermosa relación que compartían.

Cuando los fuegos artificiales terminaron, la familia se retiró a la casa, cansada pero feliz. Hanna y Meredith llevaron a sus tres hijos a la cama después de quitar los restos de maquillaje y disfraces. A los niños se les cerraban los ojos por el sueño, así que el Halloween había acabado para los tres, y comenzará de nuevo en trescientos sesenta y cinco días.

Deja que te ame, Grey ©Where stories live. Discover now