Prologo

12 5 3
                                    

Suerte, algunos creen tenerla, otros matarían por ella, pero yo... yo no sabía ni que existía.

A los 12 años me fui de casa, estuve 10 años pasando de casa en casa de hombres que conocía en los bares, algunos tenían mujeres.
Normalmente solía vestirme rápido y largarme, aprovechaba los discursos de las señoritas para escapar.

¿Me siento contenta por eso?... la verdad es que no, nunca me gusto depender de nadie... mucho menos de un novio.

¿Creia en el amor?... no que va, para mí eso era un invento para vender cosas en San Valentín, con todos los cuernos en los que lastimosamente participe me doy cuenta de que ni es necesario, ni es verdadero.

Capaz la suerte va por acumulación, juntas tanto odio, tanta rabia, nada te sale como planeabas y al final explota y te deja algún que otro sabor raro en la boca.

Un ejemplo de esto fue lo que me pasó el 23 de octubre.

-Lizz... te toca-. Mueve su cabeza lentamente hacia un hombre borracho que estaba sentado en un sofá aterciopelado, cerca del palo del poledance.

— Soy Cassie—. Refunfuño.

Asiento y me acerco al señor, normalmente cuando un hombre aparentemente rico se pone borracho, (tiene que ser un borracho muy, muy, pero que muy borracho) se le intenta subsacar aún más dinero, yo normalmente pedía 1500€, era lo normal que una prostituta pidiera en este local, pero aprovechándose de su estado, le pedí 3600€.
Él acepto y yo me le puse delante a bailarle, montada movia mis caderas de un lado para otro suavemente.
Por más que intentaba él no apartaba su vista de su teléfono, yo se lo quito seximente, y él empieza a llorar.

-¡¡Ally le ha dejado!! -Grita tristemente mientras se lleva las manos a la cabeza.

-¿Cómo?, ¿Qué quiere decir?- Le miró interesada, un buen chisme millonario nunca viene mal.

-Ally dejó a mi cuñado, le prometí a mí suegro que le iba a conseguir una pareja que pudiera manejar, él quiere quedarse de manera indirecta, con parte de la empresa... -Hecho a llorar, pero esta vez con las dos manos sujetando su cráneo.

-¿Por qué no contratas a otra? Alguna actriz.

-Muchas mujeres aceptaron, pero mi cuñado pasaba de ellas, y ninguna quiso probar con... bueno sexo, no estaban dispuestas a todo.

-¿Qué ganaban ellas a cambio?-.Preguntó, creía que Hall, mi mejor amiga venezolana, podría hacerlo, si ganaba mucho dinerillo podría traer a su amado hijito.

-100.000.000 mensuales hasta que rompan, que se espera que sea dentro de 50 años... o el resto de su vida-.Abri los ojos como platos, yo podría hacerlo, ganarías un dinerillo y podría ayudar a hall a traer a su hijo.

-¿Quién es tu cuñado?-.Preguntó entusiasmada.

-Tu podrías ayudarme-.Sus ojos se iluminaron.

-¿Quién es ?-.ya pregunto asustada.

-Logan Morwell..

—Pues normal que Ally lo dejara—.Él agacho la cabeza y asintió.

—Sé que es un hombre mañoso, presumido, egocéntrico entre otras cosas, pero también se que no es mal chico...

—No vas a cambiar mi manera de verle, pero, espero que  tengas una idea de coml hacer para que nos forremos con su dinero.

—Vas a llamarte Maya, serás... —Le interrumpi antes de que acabará.

—Me llamó Cassie Morgan... —Impongo.

—Cuando Logan te conozca va a investigarte, no puedes ser una prostituta—.Nos miramos fijamente a los ojos y al final aceptó, pero con la condición de llamarme Leah Blair Morgan.

Uñas de cristal ● Los hermanos Morwell I ●(pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora