Capítulo 2

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Después de que me hecharsn de mi trabajo presente currículum tras currículum en diferentes empresas, pero no recibí respuesta alguna.
Hacia entrevista tras entrevista, prueba tras prueba, pero sin obtener respuesta positiva.

Tenía la certeza de que mi antiguo jefe me había difamado laboralmente, así que me acerque a su casa y le prendí fuego una hilera de pinos y le tire huevos por todo el porche.

Harta hasta las narices, inicie un nuevo trabajo, no me sentía orgullosa, ni honrada, pero esto le daba de comer a mi hijita adorada.
Me paraba en la esquina más transitada y le ofrecía mis servicios a hombres a cambio de dinero.
Tenía pánico, miedo, no me gustaba subirme a coches de desconocidos, "podría encontrarme con un psicópata" temí "este hombre podría ocasionar mi muerte" pensé.
Mirara a donde mirara era la única opción.

Estábamos a viernes por la noche, mi hija estaba en casa durmiendo tranquilamente, mientras que yo vestía un vestido sumamente corto y ajustado, rojo pasión, con una mini chaqueta de cuero negro, portaba un cigarro en la mano izquierda que simulaba fumar.
Estaba a punto de irme hasta que un coche lujoso, un Karlmann King aparco en la esquina, el semaforo estaba en verde, por lo que todos le pitaron agresivamente.
Yo solo sabía dos cosas, uno: un psicópata va allí dentro y dos: este rico podría matarme.
Me asusté cuando bajo la ventanilla, me hizo seña para que me acercará, yo me moví ágilmente y me posicione de la manera más sexi que pude en aquellas ventanas.

—Entra al coche rápido.—Dudaba si entrar o no, pero al final accedí, aque claramente me arrepentí nada más subirme, ya que este conductor apenas me senté aceleró, me coloque el cinturón lo más rápido que pude.
Llegamos a un pueblo bastante caro de la ciudad, jamás había entrado aquí.
Los árboles estaban súper cuidados y todos cortados simétricamente.
Todas las casas eran diferentes, pero con la misma gama se colores.
El cielo y el aire se sentían diferentes en esta parte de la ciudad, había hasta patios en los que se podía admirar a hombres de mayor edad enseñándoles a niños a jugar al golf.

Este hombre, se para enfrente a un portón enorme negro, no había vista hacia la casa, aunque por como era la entrada se esperaba la casa más grande y hermosa del mundo.
Al entrar recorrimos unos metros en coche, en los laterales del camino habían arbusto con forma de leónes feroces, más abajo en las patas de dichos animales habían flores rojas perfectamente cuidadas, en el centro de la entrada se encontraba una fuente con sus respectivos leones hechando agua por la boca.

Al bajar del coche este chico me exigió que entre a su casa, yo accedí.
Dentro era aún más sorprendente, la casa era en tonos blancos y con una escala de negros pasando por el gris.
Se le veía un toque minimalista pero elegante y moderno.
En cada habitación que entrarás había una planta, unos cuadros y una tele, a excepción del baño, no tenía tele pero tenía eso que calentaba el inodoro.

Me invitó a sentarse en una silla en su despacho.
Era el clásico despecho de película, enorme, con unas vistas increíbles, con muchas estanterías de libros de psicología y biología, un cuadro de tres niños juntos que supongo que serán hermanos, un ordenador súper moderno, una cabeza de león colgada en la pared.
"Madre mía ya deja a los leones en paz" Dije para mis adentros.
Una estufa enorme que tenía el fuego encendido.

Lo visualizo un momento, saca una hoja de un archivador negro, que se encontraba dentro de un bolso de cuero, estos típicos de profesor de la universidad.

Leo el título, tiemblo y lo miro profundamente.
Era un acta matrimonial.
Poco a poco veo como se quita su abrigo, su gorra y sus gafas.
Era Logan... Logan Morwell.

—Va a parecerte raro... y juro que no tiendo a hacer esto a menudo... —Rebolotea su cabello mientras me mira fríamente a los ojos, noto un leve sonrojo, como de vergüenza en sus mejillas.—Tenemos que casarnos... —Exclamó fríamente, luego se percato de que lo dijo en tono de obligación y negó con la cabeza.—Es decir, nesesito que me hagas ese favor, si te casas conmigo yo heredaria una fortuna deasiado alta, y no solo eso, podría obtener el hospital por el que estuve tanto tiempo luchando.

—¿Y no hay más mujeres? ¿No tienes novia? ¿Por qué yo?.—Lo bombardeo a preguntas, el las escucha atentamente y asiente.

—La verdad es que no le caigo bien a nadie, tiendo a ser un poco... antipático y malhumorado, tuve una novia en la primaria, pero me dejó por egocéntrico.—Levente una ceja y lo mire mal y él se puso las manos en la cintura como jarras y miró abajo.—La verdad es que estoy desesperado, y cuando hiciste aquel alboroto en el hospital, algo me dijo que tu eras la indicada.—Su mirada parecía sincera, pero yo no me lo trataba los hombres tienden a endulzar las cosas para conseguir lo que quieren de una chica.

—No me estoy tragando nada... soy una prostituta, ¿enserio quieres que tu familia... —No me dejo acabar y

—Me da igual lo que seas, y mi familia me la suda completamente, cuando estuviste dispuesta a asesinar por tu hija, me di cuenta de que tu tienes las cosas claras, podrías interpretar el papel perfectamente, no te enamorarias de mi.

—Eres un exagerado no quería matar  a nadie—.Reboloteo los ojos y observo el cuadro de la familia Morwell.

—Eres valiente, no le temes a nada, si se pone en riesgo alguien importante para ti luchas, lo cual es una reacción admirable últimamente—.se sirve una copa de vino y me ofrece, acepto.
Sirve con total delicadeza y me entrega la copa con movimientos muy ágiles y cuidadosos.— Creo que tu y yo seríamos imparables. Solo imaginalo, una mujer luchadora, educada, con carácter liderando una empresa multimillonaria.

—Ay no me intentes engañar, la dirigirias tu. —miró refunfuñada a sus ojos azul celestes fríos.

—Claro el hospital lo dirigiria yo, pero te recuerdo que las cadenas Morwell no solo dirigen hospitales, podrías dirigir otras cosas... como centros de belleza.—Juguetea con la copa mientras lo dice.

—¿Y tus hermanos que heredan ? —.Estaba claro que solo quería endulzarme el oído.
Se produjo un silencio incómodo, el bajo la cabeza y dejo de sacudir la copa.

—Ambos los desheredo por enamorarse de chicas... de un nivel social diferente...

—¿Putas? —.Preguntó para ver si tenía alguna posibilidad de ganar.

—No, esta claro que si se entera de esto me mata.

—Te recuerdo que tengo una hija —. Le recuerdo.

—Tu hija me ha caído bien, de hecho fue la que me lo propuso—.Al terminar de escucharlo, quede dura.
¿Mi hija?...

—Me explico todo por lo que estaba pasando en mi familia, como ella creía que me sentía, me apoyo diciendo que si me casara contigo... íbamos a llegar muy lejos.

—Esta bien... acepto.—Él me acerco una hoja enfrente de mi y me dio un lápiz, lo leí, era un acta de matrimonio.








Firme...

Uñas de cristal ● Los hermanos Morwell I ●(pausada)Where stories live. Discover now