Capitulo 6

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Poseidon y Qin fueron a la cueva en dónde tenían todos sus tesoros, el azabache quería mostrarle al rubio el gran regalo que le consiguió

-Qin ya dime de una maldita vez que es lo que me quieres mostrar- seguía al azabache, desesperado

-ya lo verás- continuo nadando con una gran sonrisa en su rostro -es una sorpresa-

Poseidon solo rodó los ojos fastidiado pero al llegar y ver la sorpresa que le tenía su amigo su cara cambio

-Qin- no sabía que decir, frente a él estaba la estatua de aquel humano del que se había enamorado -oh Qin, mi querido y fastidioso cuñado- abrazo al azabache haciendo que esté sintiera un escalofrío, Poseidon daba miedo cuando se lo proponía

-un gracias hubiera sido menos escalofriante- empujó suavemente al rubio para que lo soltará

Poseidon soltó a Qin y fue a apreciar cada detalle de aquella estatua, gracias a la poca iluminación que había podía apreciar mejor todos los detalles

-es igual a él- dió una vuelta alrededor de la estatua -sus mismos ojos- se quedó frente a la cara de la estatua y comenzó a reír -pero kojiro, ¿Que huya contigo?- hablaba con la estatua como si está realmente le hubiera propuesto huir

-creo que lo descompuse- comento Qin para el mismo al ver la actitud del rubio

-no, es que es tan- recostó su cabeza en el hombro de la estatua -repentino- volvió a reír y se despegó de la estatua dando algunas vueltas por la emoción y felicidad hasta que volteo al frente y vio a su padre haciendo que su expresión cambiará por completo -papá- hablo algo asustado por lo que su padre pudiera hacer

-me considero un rey bastante razonable- comenzó a hablar mientras se acercaba a su hijo -establezco ciertas reglas y espero que esas reglas sean obedecidas- se acercó hasta tener al rubio acorralado contra la estatua

-pero- trato de hablar pero su padre no lo dejo

-¿¡Es cierto que salvaste a un humano de que se ahogara!?- pregunto furioso

-tuve que hacerlo- respondió queriendo explicarle a su padre

-¡Está prohibido todo contacto entre el reino de las sirenas y el humano! ¡Ya lo sabes Poseidon! ¡Todo el mundo lo sabe!-

-hubiera muerto- seguía intentando hablar pacíficamente con el rey

-¡Un humano menos de que preocuparse!- se dió la vuelta esperando poner fin a esa discusión

-¡Ni siquiera lo conoces!-

-¿A no?- volvió a voltearse para encarar a su hijo -no necesito conocerlo ¡Todos son iguales!-

Poseidon se pasó para atrás de la estatua mientras su padre comenzaba a decir todas las atrocidades que cometen los humanos

-sin espinas, arponeros y comen pescado, no tienen sentimiento alguno-

-¡Es que yo lo amo!- grito molesto por todas las cosas que el rey decía, pronto se tapo la boca al darse cuenta de lo que había dicho

-¡No! ¿¡Has perdido la cordura!? ¡Él es humano, tu un tritón!- gritaba cada vez más molesto

-no importa- tenía su cara pegada a la espalda de la estatua, evitaba mirar a su padre

-¡Quieras o no voy a hacer que me obedezcas! ¡Y si solo puedo lograrlo de este modo!- levanto su tridente que empezó a brillar de un dorado intenso -que así sea-

La sirenita (SNV)Where stories live. Discover now