CAPITULO 55

273 36 5
                                    

-Malditos idiotas, estúpidos, eso son todos- dijo Pete con fastidio al llegar a su auto y encontrar algunos pañales húmedos sobre el capó y parabrisas.

-Que inmaduros.. ¿Cuántos años tienen?- dijo molesto Tay recogiendo los qué se cayeron al suelo.

-Deberían preocuparse por sus propias vidas- suspiró tirando los pañales y algunas notas de mal gusto en la basura.

-¿Qué se siente no saber quién es el padre de tu hijo, Pete?- preguntó con burla un chico.

-¿Qué se siente que todos sepan que eres tamaño extra chico?- respondió molesto manteniendo su mirada.

-¿Te diviertes? Eres una vergüenza para nuestra sociedad Pete, como puedes venir al universidad así- le dijo otro mirando fijamente su abdomen- Encargado y soltero-

-Debería darte más vergüenza a ti.. prometer algo inolvidable sin especificar qué es porque no duras ni cinco minutos- se cruzó de brazos.

-¿Te haces el orgulloso?- preguntó un tercero interviniendo su acceso a la puerta del vehículo.

-No tengo razones para sentirme mal- respondió directo.

-Tener un hijo bastardo... no puedo creer que te hiciste el difícil conmigo tanto tiempo pero dejaste qué otro te preñara- sonrió con burla- ¿Es un vago? ¿Un drogadicto? Di quien es-

-No es asunto de ustedes, déjenme en paz, maldita sea- dio un empujón quitándolo del lugar para entrar por fin al asiento del conductor.

-Pete- lo llamó su amigo- Oye.. respira- subió con prisa al asiento del copiloto.

-No puedo creer que les interesen tanto las vidas ajenas- rodó los ojos con cansancio antes de encender el auto.

Podía distinguir a algunos curiosos aún de pie mirándolo dentro de su auto, así como aquellos que intentaron avergonzarlo con algo tan ridículo como si fueran niños de educacion básica. 

-Pete.. relájate, te ves muy tenso, no es bueno que conduzcas así- mencionó su amigo cuando salieron de la universidad. 

-Es que son unos completos idiotas Tay. No tienen ningun derecho, lo hacen sonar horrible, como si ellos fueran la representacion de la perfección, sólo son un montón de prepotentes inútiles que refuerzan su autoestima intentando menospreciar a los demás... los odio- suspiró irritado.

-Detente aquí... vayamos a tomar algo, prefiero que te tranquilices, recuerda que tu bebé puede sentirlo todo- le dijo con voz suave.

-Ah.. cierto.. mi chiquito- estacionó su auto a la orilla- Pobrecito de mi bebé... nunca me ha escuchado así de molesto, lo siento- acarició un poco su vientre después de apagar el vehículo- Papi no es enojon siempre cariño pero es que esas personas son imbéciles-

-Pete- lo regañó su amigo.

-Ahh.. cierto, no malas palabras- suspiró- En fin... vayamos por un café, de tanto coraje.. quiero un bisquet con mantequilla y mermelada- 

-¿A esta hora?- preguntó con algo de gracia su amigo quitando el cinturón de seguridad.

-Sí, nunca es mal momento para comer pan- dijo divertido bajando también del auto. 

Entraron a una cafetería, dedicándose a consumir algo dulce para tranquilizarse, cambiando el humor de Pete notoriamente. 

-¿Qué harás la próxima semana?- preguntó su amigo.

-Bueno... quedarme en casa parece lo mejor, los pies me estan matando, estar sentado por varias horas no es buena idea, leí algo de que debería acostarme un par de veces al día con mis piernas en una posición alta- comentó antes de darle un mordisco a otra pieza de pan.

Don't fight the feelings (AU)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant