🍃Como debía de ser 🌿| Harry Potter y Draco Malfoy.[1]

Capitulo veinte

La frustración me consume mientras me siento en el rincón más apartado de la sala común de Slytherin. Las tensiones con Harry y Draco persisten, y cada intento de acercamiento parece empeorar las cosas entre ellos. No se soportan entre ellos y si estoy con uno el otro se enfada conmigo. Es estresante. Necesito desahogarme, y la idea de escribir mis pensamientos en este libro es extrañamente muy tentadora.

Creí que era mío, pero no lo es, emite un extraño aura, al rededor y dentro de el, me pregunto cómo habrá llegado a las mazmorras.

Con el libro en mis manos, estoy a punto de empezar a escribir cuando escucho una voz tranquila que me saca de mis pensamientos.

—Arthur, ¿pasa algo?

Giro la cabeza y veo a Luna Lovegood, de pie frente a mí con una expresión serena en su rostro. La presencia inesperada de Luna me desconcierta, pero decido dejar el libro de lado por el momento.

El tiempo que ha pasado aqui me ha mostrado que es una chica extraña y a la vez muy interesante. La mayoria del tiempo no la entiendo.

—No sé, Luna. Las cosas están un poco complicadas con Harry y Draco. No puedo entender por qué todo se ha vuelto tan difícil. -- Le confío esto porque últimamente parece muy interesada en este tema. Mirándonos de forma divertida después de cada discusión en las que Harry y Draco terminan yéndose cada uno por su lado.

Ella se sienta a mi lado, sin dejar de mirarme con sus ojos soñadores.

—A veces, las cosas más complicadas tienen soluciones simples. Solo necesitas mirarlas desde una perspectiva diferente.

—Fácil decirlo, Luna. Parece que cada palabra que digo empeora las cosas.

A Draco le molesta que le diga cómo comportarse y "ponerme de lado de Harry". A Harry le molesta que me "ponga de lado de Draco" con el hecho de saber cómo es su padre.

Ella sonríe de manera suave, mirándome con ternura.

-- Eres lo más importante para ellos, quizás el uno está celoso del otro y no saben cómo manejarlo. Problemas de niños de 12 años. -- Dice como si ella no tuviese 11.  —¿Has probado a escuchar lo que dicen las criaturas mágicas en lugar de hablar tanto?

—¿Criaturas mágicas? Luna, no estoy seguro de entender. -- Me inclino hacia delante, apretando el libro contra mi pecho.

—Las serpientes, por ejemplo. --Explica con voz cantarina mirando hacia el techo -- Tienen una forma diferente de comunicarse, y si las escuchas con atención, a veces puedes entenderlas mejor.

Mi confusión aumenta. ¿Cómo las serpientes pueden ayudarme con los problemas entre mis amigos?

—Luna, no sé a qué te refieres. ¿Cómo puede eso ayudarme con Harry y Draco?

Ella inclina la cabeza, como si estuviera pensando en la mejor manera de explicarlo.

—Tal vez deberías tratar de escuchar lo que realmente quieren decir, en lugar de solo oír las palabras. A veces, las emociones hablan más fuerte que las palabras.