Escrito #2

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En un mundo donde los adolescentes somos el símbolo del cambio, debería ser un mundo que avance hacia un futuro más amplio, más idílico, un mundo dominado por las ansias de ser mejor y por la dinámica que representa la juventud, sin embargo, esa no es nuestra realidad.

A medida que pasa el tiempo las nuevas generaciones van dejando a un lado los valores inculcados, convirtiéndose en seres superficiales, inmaduros y la mayoría de las veces frustrados. En el mundo de hoy, uno de los cánones que reinan en la vida de un adolescente es la llamada "Popularidad".

Este estándar existe desde la antigüedad, quizás en aquel entonces usaban sinónimos como admiración, el más querido, el más aceptado, pero al final caemos en lo mismo. Se ha convertido en algo imprescindible en la vida de los adolescentes y ha agudizado y popularizado actos, que, desde antes, se consideraban rechazables.

Actos como el ser hipócrita con los que no toleras solo porque son los más aceptados o poseen algo que necesitas; como el de fallar en las materias para que los demás no piensen que eres un cerebrito; como el de usar la ropa más corta y entallada, o coquetear con todos para demostrar que eres bonita y deseable. Malos hábitos como el fumar y el beber cuando hasta hace solo unos días aun jugaban con peluches.

En este mundo que hemos construido ya no existe la verdadera amistad, todo se mueve por el interés y el propio beneficio, las personas se pisotean unos a los otros por conseguir sus objetivos.

Es algo tan absurdo considerar perdedor al que estudia para aprobar con sobresaliente las materias y sueña con un futuro mejor; considerar tonta a la que permanece pura y vive su vida a su ritmo, viste como quiere y sueña con encontrar el amor; encontrar aburrido y antiguo el acto de regalar una flor, de brindarle el lugar a una dama o abrirle la puerta para darle prioridad al pasar; ver con desprecio al que no posee cierto poder adquisitivo o al que nace con un defecto que lo hace diferente al resto.

El mundo ha retrocedido, lo que antes se consideraba un horror ahora es considerado la cualidad de un triunfador. Los adolescentes somos el símbolo del cambio en la sociedad y lo único que hemos hecho es agudizar los males y promover el individualismo, darle vida eterna a la inmadurez y a la crueldad.

Reflejos. Tras El Espejo De Agua [PRÓXIMAMENTE]Where stories live. Discover now