VIII

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Abri los ojos lentamente, intenté moverme pero me dolía cada hueso.

— Ahg. — me quejé. Estaba en mi cama, estilo Aurora, la cobija hasta el torso y mis manos entrelazadas a la altura de mi vientre.

El cabello lo tenía, los ojos también, solo me faltaba la corona.

— ¿Cariño? Oh gracias a la diosa que estás bien, espera iré por un vaso de agua.

Era la voz de Lydia. Poco a poco y a pesar del dolor soportable me reincorpore y me senté.

— ¿Es de tarde? Tuve un sueño que me dejó flipando. ¿Por cuanto he dormido?

Ella me miró con pesar y me tendió el vaso de agua.

— ¿Que, que pasa?

Pregunte tomando un sorbo y acercando mi otra mano a mi celu que estaba en la mesita de noche.

— Mi hermoso niño, — se sentó en la cama con la mirada en el piso. —no soñaste nada..

— ¿De qué hablas? — realmente no le estaba prestando atención, tenía el +99 notificaciones en todas mis redes sociales, desventajas de ser un popu en el instituto. — No inventes, son las 5pm de la tarde, ¡Y ya es domingo! — no me lo podía creer.

— Tu celo se ha pasmado por la intervención del estimulante en tu cuerpo.

Hice una mueca pero me mostré feliz. — Eso es una buena y mala noticia, la mala es que se va a descontrolar mi ciclo pero la buena es que a buena hora, mañana darán los cuestionarios para los exámenes finales de la próxima semana y no iba ser lindo ir al insti solo con supresores. — mi panza hizo un rugido e hice un puchero. — Tengo hambre, ¿Podrías hacerme algo para comer y una merengada de frutos rojos? Porfisss.

Lydia asintió y me tomo ambas mejillas dándome un beso en cada una para retirarse lentamente.

— No entiendo, si fue un sueño.. ¿Verdad?.. — tenía una mala sensación en el estómago. Me levanté de la cama dejando mi móvil entre los edredones y caminé hasta la puerta, abriéndola.

El pasillo estaba en plena penumbra, solo los rayos naranjas del atardecer iluminaban sus longitud.

Caminé por los pasillos independiente de la escasez de luz, vivo aquí desde los 7, conocía cada rincón como la palma de mi mano.

¿A donde iba?

Al despacho de mi tío, tenía que contarle mi sueño, necesitaba una explicación.

— Skyler. — me detuve y gire suavemente sobre mi talones, no me había percatado de que estaba descalzo.

Era el Alfa Jackson, un escalofrío recorrió mi espalda baja. Tras un pequeño fragmento de mi sueño, en el que él me decía que era mi.. Alfa.

Hice una reverencia.

Pero algo en mi hizo nuevamente click, el estimulante.

¿Hasta que punto había sido un sueño? Porque si lo había sido, ¿verdad?

Si tuve que haber tomado un estimulante porque no hay otra forma en la que mi celo se hubiera paralizado.

¿Pero en que momento?

— ¿Skyler? — él me estaba hablando, deje de lado mis pensamientos y tirite mientras hacía contacto visual con sus orbes oscuros.

— Disculpe, no le estaba escuchando. ¿En que le puedo ayudar?

— Que a donde te diriges.

Su voz era fría y demandante, casi profunda, llegando a ser tenebrosa.

— Al despacho del Alfa, — bien podrá dar miedo y todo, pero es territorio ajeno al suyo, un paso en falso y podría ser su fin. — ¿necesita algo?

— Mmm, yo tambien me dirija hacia allá, pero vaya que es una casa muy grande. — nuestro contacto visual seguía intacto, pero tuve que romperlo para mirar bien al monumento de hombre que tenía al frente.

Apenas yo le llegaba al pecho, y sus brazos que estaban debajo de esa camisa de botones negra eran anchos, se veían vigorosos y recios.

El olor que emanaba era fuerte, pero a pesar de que me daba comezón en la nariz, era una fragancia muy adictiva. Podría olerlo por mucho más tiempo del que me imaginaba.

Esto estaba mal, muy mal. Él era un hombre mayor, muchísimo, incluso más que mi tío y Alfa para completar.

En silencio asentí y di la vuelta. — Sigame.

Caminé al final del pasillo y a mano derecha gire y continúe caminando. Detrás de mí sentía las pisadas fuertes e imponentes que al contrario de las mías, ni se sentían.

Al detenerme a mitad de pasillo en frente de la puerta oscura de madera, sentí una respiración pesada por encima de mi.

Quise ignorar esto y toque dos veces la puerta.

— Adelante. — se escucho seco, dios, mi tío iba a matarme.

Que su sobrino Omega vaya a su oficina con el Alfa con el que intercambio aromas y feromonas, diablos, eso era el colmó tío.

Abrí la boca y entre apresuradamente dando una reverencia. — Buenas tardes Alfa. — dije con la mirada en el piso mientras jugaba con mis dedos.

Silenció.

Silenció.

Y más silencio.

— T-tio. — levanté la vista y realmente estaba impactado, no me miraba a mi, miraba al Alfa Jackson con odio y desprecio.

— Sky, vuelve a tu habitación.

— P-pero, quiero contarte al-

— Podemos hablar después, ahora vete. — seguía sin mirarme.

Fruncí los labios, era totalmente injusto.

— Pero yo quiero hablar ahora, no después. — fruncí las cejas y me crucé de brazos.

— Skyler no estoy de humor para tus berrinches. — un aroma agrio llegó a mi nariz, estaba irritado.

— Cachorro, no te preocupes, no nos tomara mucho tiempo. — se paró al lado mío y revolvió mi cabello con su mano.

¿Me dijo cachorro?

Dudoso asentí bajo el gruñido de mi tío, no le gustaba el contacto físico que este Alfa me estaba dando.

Tengo un muy mal presentimiento, pensé tras salir de la oficina cerrando la puerta tras de mí.

Un Omega Para El Alfa.Where stories live. Discover now