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Algo que por mínimo que fuese, ya era un motivo para avanzar, como los copos de nieve, tan pequeños pero crean grandes capas de nieve por las ciudades.

Así mismo las emociones negativas se acumulan y muchas veces llegan a crear conflicto.

— No ha dejado de nevar — Comento aquel de orbes violetas.

Mirando atento la nieve caer a través del cristal de la ventana de aquella sala de reuniones.

El de cicatriz lo observo un momento y carraspeo.

— También está haciendo bastante frío, algunas calles han sido bloqueadas por la nieve — Informó Hitto.

— Tal vez nuestros invitados quieran decirnos ¿Qué ue tal está el clima allá afuera? — Menciono Izana.

Todos los demás sentados en aquella enorme mesa, voltearon hacia los hermanos Shiba.

Taiju y Yuzuha les miraron con seriedad, casi llegando a disgusto por esos tipos, parecían hienas, siempre estaban en grupo.

— Parece que no quieren hablar — Bromeo Kisaki, sonriendole a la castaña.

— Vinimos por un acuerdo, no para hacer comentarios estúpidos sobre el clima— Hablo Taiju, con seriedad.

— ¡Perfecto! Entre más rápido se llegue un acuerdo, mejor será, señores — Entró a la sala, extendiendo sus brazos.

Los demás le observaron, notando el maletín negro que otro sujeto llevaba entre sus manos.

— ¿Dónde está Inupi?— Indagó Ran.

Koko se sonrió y suspiro — Fue a supervisar a los demás perros — Contesto sin más y tomó asiento.

Yuzuha se removió en su silla, pues Kokonoi se había sentado al lado de ella.

Taiju le brindó un siniestro mirar al pelinegro que solo le sonrió ladino e hizo como si nada.

— Ya que veo que no falta nadie importante, que empiece la reunión — Indicó Kisaki.

La tensión se hizo presente, las miradas incómodas de todos y los cuchicheos al escuchar la conversación de Taiju contra Izana y Kisaki, era abrumador.

Yuzuha se mantenía al margen, analizando a todos y a quien le rompería el cuello primero si las cosas se salían de control, pensando en eso estaba, cuando sintió la mano de alguien posarse en su muñeca.

Rápidamente levantó su vista, mirando con reproche al de ojos de reptil.

— Cálmate, no es momento para usar tu revolver — Dijo en voz baja, sin mirarla.

— Mejor ven conmigo al balcón y charlemos — Le hablo con suavidad y se puso de pie.

Yuzuha paso saliva y así lo hizo, fue tras Koko, no sin dejar de mirar atrás, donde su hermano se quedaba.

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La dorada melena se movía al son de
sus pasos, de sus labios salía una hilera de vapor debido al frío y sus mejillas yacían rojas al estar tan expuesta en tal clima.

— Se me ha hecho tarde...— Balbuceo.

Miraba la caja del postre, pensando en si llegaría a tiempo a la cena de Mitsuya.

Conocía algunos atajos, pero era sabido que muy tranquilos no eran, eran dominados por diversas mafias y más de algún sitio de esos, seguramente era territorio de la organización donde estaba Izana.

🌼Los ojos de Emma🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora