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NARRADOR OMNISCIENTE:
—¿En dónde estamos? —quiso saber corriendo un poco su pequeña capa del rostro.
—En el Cuartelinferior — Pasaron a lado de una señora de cabello largo y canoso. Traía collares y aretes llamativos. La niña le sonríe, nunca ha visto a alguien vestido así.
El cielo está despejado. Azul. El fuerte sol enrojece su piel. La quema.
Los rayos chocan, se golpean y estampan con el rostro pequeño y suave de la niña.
Tiene ocho años.
Tiene dos trenzas color carbón.
Tiene un inestable temperamento que está tenso como una cuerda. Ella solo quería regresar y seguir moviendo esas llamativas piezas de madera.
Solo que ya no está frente al tablero, se la han llevado fuera, y en su cabeza repite:
"El caballo come en L; los peones pueden subir dos casillas en el primer movimiento; El rey es es el más importante, No no, la Reina es la más importante, todos lo saben, siempre van por ella".
En este sector, el Cuartel inferior, todos caminan con tranquilidad y traen bolsas de tela colgando de sus manos. Después de todo, hoy es un día normal.
Hay una escasez de Ecos patrullando que deberían vigilar de que no suceda nada fuera de lo normal. Nada ilegal. Observar que nada sospechoso se trame detrás de cada puesto de comida o choza decadente.
Y si lo hubiera, hay que recordar que los Ecos son soldados que siguen órdenes. Si la Presidenta Alaia quisiera, sin piedad serían capaces de apropiarse forzadamente de los establecimientos de alimentos, y dejar un mensaje claro a través de las personas insurgentes.
Por suerte solo es un pequeño sitio que apenas crece con su comercio de alimentos, y los Ecos apenas saben de él. Por eso la falta de ellos.
No saben.
No saben nada.
Y bien que deberían.
Aquí no solo se venden chucherías y comida en cazuelas de madera.
¿Esas simpáticas sonrisas qué esconden? Ese vaso de limonada que te ofrece la señora pintarrajeada ¿Qué contiene?, ¿qué viertes?, ¿qué disuelve?
Durante esta época hay mucha necesidad. Hay mucha paranoia. Hay mucha adrenalina. Hay mucho ruido. Hay una vertiente que se convierte en cascada y los llevará a una mortal caída.
Las familias necesitan de la moneda, de los gardis ¿sino cómo quiere el Cuartel que ellos sobrevivan? ¿Y si no lo tienen? ¿Qué?
Una familia sería capaz de sacarle el hogar a otra con tal de darle donde dormir a la suya.
