Capítulo 41: Atrapada

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Amaru salió corriendo detrás de Xavier al ver que se iba como si nada.

—¡Xavier! ¿Qué fue eso de antes? ¡Esto no era parte de nuestro trato! —reclamó extremadamente furiosa de que le juega una mala pasada en público.

Xavier la miró con calma apoyándose en su auto. —Me alegra que sepas que lo que tenemos es un trato, pero hice exactamente lo que querías aparecimos juntos en la rueda de prensa, ¿no?

—Sí, pero mira mi apariencia y no confirmaste nuestra relación como prometiste que harías —insistió sin dejarse engañar.

—¿Cómo que no? ¿Acaso tú no crees que nos veamos como una pareja? —cuestionó cruzándose de brazos sin que esta pudiera decir nada—. Además yo prefiero a las chicas al natural.

—Entonces te gustó más así —preguntó olvidando parte de su enfado mientras se acercaba más a Xavier con el objetivo de besarlo—. ¿Por eso insististe en que no me arreglará el maquillaje?

—Sí, muestra tu verdadera esencia —respondió honestamente, puesto que le parecía una bruja y exactamente así se veía—, pero vamos a la casa, estoy algo cansado —. Evadió los labios de Amaru haciendo que entrara al auto con su mismo impulso.

Amaru frunció el ceño al no conseguir su objetivo, sentía que había algo mal en lo que Xavier decía, pero no podía encontrar en dónde, lo cual era normal, ella era una mujer orgullosa, con un ego alto y tendencias narcisistas, pensar que no la quisieran e incluso la despreciaran, no era algo en lo que pudiera pensar.

Cuando llegaron a la casa Amaru naturalmente siguió a Xavier al interior.

—¿Te comunicaras con Jason luego? —preguntó Xavier dejando su chaqueta tan pronto entró a la casa.

Amaru quedó aturdida por la vista y su boca se movió antes de que su cerebro pudiera conectarse.

—No, mañana le tendría que mandar un mensaje.

—¿Mañana? ¿Y a qué hora? —volvió a preguntar desabrochando su corbata y desabotonando lentamente los primeros botones de su cuello.

A Amaru se le hacía agua la boca al ver la piel color trigo que quedaba a la vista e inconscientemente se acercó para tocarlo. —Por la noche.

—Oh, ya veo. —Xavier sonrió poniendo una mano sobre su rostro con suavidad—. Entonces tenemos mucho tiempo.

—Sí... ¡¿Qué...?!

Antes de que Amaru supiera que pasaba Xavier aprisionó sus manos tras de su espalda y las amarró con la misma corbata que antes que sacó.

—Tranquila, solo jugaremos un juego muy divertido —contestó sin una pizca de diversión en su voz mientras movía una silla para sentarla y asegurar sus manos a ella, como resultado, si Amaru quería levantarse tendría que hacerlo con la silla.

Viéndose atada, por mucho que Amaru tuviera confianza en sí misma, aún podía entender que aquello no estaba saliendo como esperaba y había algo de miedo ante la apariencia desalmada de Xavier frente a ella, como si la viera como un insecto que fácilmente podría aplastar en vez de una persona.

—No me está gustando esto. ¡Sueltame, sabes que no puedes hacerme nada! —amenazó aunque en su voz no podía ocultar el miedo que sentía.

—Oh... ¿entonces ya no me quieres? Digo, no quieres que te haga nada...

Flor de OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora