Capítulo 28: ¡Hoy soy su Emperatriz!

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Naike se asomó incómoda, encontrándose con Xavier, que se acomodaba su chaqueta de traje y suspiró silenciosamente ante la vista. Realmente quería darle un gran me gusta con sus manos, pero, cuando este se giró al sentir su mirada, se cohibió escondiéndose tras la puerta.

—¿Ya termino Rosse de maquillarte?

Rosse era la estilista estrella de "ATA", según lo que Xavier le contó ya tenía su propio salón exclusivo y ahora tenía a varios trabajadores a su cargo, solo asistía personalmente cuando era gente importante o en este caso su jefe, que no permitió que viniera alguien más además de ella...

—Se fue hace rato... —confesó, ya que se supone que debía ayudarle a vestirle también, pero no podía seguir soportando que alguien la tratara como una muñeca, a pesar de que entendía que era su trabajo.

—Oh... ¿y por qué estás escondida detrás de la puerta? —preguntó entre curioso y divertido.

—Es que... —Las mejillas de Naike se sonrojaron, maldiciendo su decisión de despedir a Rosse... ahora entendía por qué su mirada fue algo sugerente cuando le dijo: "Suerte con tu vestido". ¡Si hasta le guiño un ojo! Hizo un puchero mientras salía detrás de la puerta sosteniendo su vestido para que no se cayera.

Xavier tuvo que admitir que sí se sorprendió de verla así, más cuando se giró y le mostró su espalda descubierta.

—Yo no puedo abrochar el vestido... —confesó avergonzada—... ¿Puedes... ayudarme?

En respuesta, Xavier suspiró y se acercó tomando la tela en sus manos mientras se inclinaba cerca de su oído para decir: —Pequeña, ¿me estás seduciendo apropósito?

El olor fresco y amaderado rodeó a Naike dándole el impulso de huir, pero Xavier sostenía su vestido haciendo que solo pudiera quedarse en el lugar con toda la cara roja, incluyendo las puntas de sus orejas y cuello.

—¡N-no! Yo... no... no me di cuenta... —Cubrió su cara con las manos para ocultar vergüenza—... Deja... puedo buscar la forma...

—No te muevas —ordenó con voz firme mientras comenzaba a subir el cierre.

El vestido fue enviado con otros conjuntos por Andrew cuando hizo las compras y esta vez los eligió al azar, pensando que estarían bien para la fiesta, además tanto su ropa como la de ella tenían un estilo oriental a juego con un toque moderno y detalles en hilo dorado que contrastaban con el blanco y negro de sus respectivos trajes haciéndolos ver como un par; sin embargo, ahora sentía que su elección no pudo ser mejor.

»Ya está —anunció con un poco de pérdida al ver que la marca que dejó anoche estaba oculta tras el cuello mao de su vestido.

—Gracias —susurró con la vista baja mientras tomaba su muñeca con nerviosismo, en ella había una delicada cadena que hacía juego con el collar y sus aretes, pero no eran tan llamativos como el anillo que portaba, eso fue lo que le hizo bajar la guardia y usarlos, ya que llevar un anillo tan extravagante ya era suficiente.

—No hay porque —replicó moviendo el cabello de Naike hacia atrás—. Por cierto, te ves hermosa —dijo apreciativamente.

Naike levantó la vista dándole una mirada incrédula y aburrida. —No tienes que hacerme la pelota, ya acepte ir contigo a esa fiesta, aunque sigo creyendo que es una mala idea.

—¿Sabes que cortejarte es más difícil que intentar abrazar un erizo? —se quejó mirando su reloj—. Ya casi es hora, ¿estás lista?

—No, ¿pero importa? —se burló molestándolo mientras trataba de no pensar demasiado en lo que dijo antes, sería una tonta si se lo tomaba en serio, ya estaba claro que Xavier era adicto a burlarse de ella.

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