tres; caricias.

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tercera persona.

-todavía falta el ultimo nivel.

no, no. barco ya no puede mas, si agustín lo vuelve a besar va a tener que hacer gargaras con acido sulfurico o suicidarse, una de dos.

un exagerado total, dejenlo, es leonino.

-¿qué va a ser, chuparte la pija?-pregunta jocoso, el solo pensamiento lo hace estremecerse. del asco, obvio.

-euuu, no había pensado en eso, capaz para la proxima-le pasa la yema de los dedos por el antebrazo y lo mira por debajo de sus pestañas-pero si vos querés...

-andate a cagar, forro-alcanza una almohada y se la estampa en toda la cara.

forcejean un rato, riéndose y bajando la tensión del momento. ni pareciera que hace unos segundos estaban tratando de comerse vivos o chuparse el alma a través de un beso.

-dale, colorido-agustín termina entre las piernas del menor, quien no se da cuenta de la posición hasta que el castaño interrumpe la demostración de fuerza con almohadas para hablarle. solo entonces trata de cerrarlas pero el contrario es mas rápido y lo obliga a mantenerlas abiertas con las manos en cada una de sus rodillas-el ultimo nivel y terminamos.

-dejame de joder, salí-lo intenta de nuevo pero giay siempre fue mas fuerte por la evidente diferencia de estatura y musculatura, de pronto se siente chiquito y delicado, algo inseguro-dale, agus, no quiero.

-cualquiera pensaría lo contrario-le agarra la chota por sobre la tela de los shorts y barco tiembla. trata de alejar el toque pero para su mala suerte termina con una mano sobre su cabeza y otra alrededor de la muñeca del mayor, para tratar de detener cualquier movimiento.

-no, por favor, basta-sus caderas empujan solas cuando giay le aprieta el frenillo entre sus dedos pulgar e índice, no puede controlarlas, no puede resistir el impulso de querer embestir la mano ajena en busca de liberación. es un hombre, después de todo-nh-no...

"¿qué pensaría riquelme de todo esto?."

-no tengas vergüenza, val-agustín rueda las caderas para que su dureza choque contra el cuerpo del colorado y valentín puede sentir un pinchazo de excitación que viaja desde la nuca hasta la punta de la chota cuando nota la fricción directamente en los testículos- yo estoy igual que vos ¿ves?.

-n-no me da verguenza-le clava las uñas en la muñeca cuando comienza a moverlas de arriba hacia abajo, deliciosamente lento y con un agarre justo y preciso-pero no quiero seguir.

-¿te rendís?-para todo movimiento y el pecoso ahoga una queja que casi abandona su garganta, no sabe si está mas enojado por la pregunta, porque giay paró o porque su cuerpo es un traidor de mierda que parece necesitado de seguir sintiendo la mano de un hombre sacudiéndole la pija-seguro que si, te rendís como el maricón que sos ¿o no?.

abre la boca para refutar pero prontamente la vuelve a cerrar, mordiéndose los labios con fuerza porque el santafesino menea la mano que sigue sosteniendole la verga y teme soltar algún sonido del que se avergüence mas tarde.

-hablá, dale-arriba, abajo, arriba, abajo. lento, tan lento-hasta que no escuche un "me rindo" de tu boca no pienso parar.

barco ya no puede pensar directamente, concentrado en el sube y baja de la mano ajena y en el revoltijo de contradicciones dentro de su cabeza. quiere negarse, de verdad quiere decirle que pare porque la situación no le está gustando para nada pero no encuentra su capacidad del habla y mucho menos la del razonamiento. esto está mal, muy mal.

pero se siente tan bien.

-n-no es justo-logra decir,estirando el cuello ante un apretón ligeramente fuerte que lo hace arquear la espalda lejos de la cama.

-¿qué cosa, val? no te entiendo nada, parece que te la estás pasando bien.

no es justo que los insultos solo lo enciendan mas.

-mh, vos no estás jugando-tiene la frente perlada en sudor y los mechones de pelo naranja se le pegan a la cara. los labios rosados por las mordidas constantes, las pecas resaltan entre todo ese rubor en sus mejillas y los ojos oscurecidos.

agustín se siente bendecido por la vista de su mejor amigo totalmente destruido debajo de su cuerpo, y pensar que no necesitó de mucho para verlo así. sonríe malévolo al saber que el colorado no piensa rendirse y pueden seguir, se lo esperaba. lo conoce mejor que a si mismo.

-tenés razón, que tramposo-suelta la mano de barco y se asegura de que no va a ser alejado antes de ayudarlo a incorporarse, nivelar sus caderas y empezar a frotarse uno contra el otro-¿mejor?.

-sssi...

¿por qué está accediendo a esto?

funciona bien al principio, disfrutan la fricción pero ambos sienten que simplemente no es suficiente. giay agarra al otro por los muslos para montarlo sobre su regazo y al no recibir quejas mete una mano dentro de los shorts del pelirrojo sin esperar un permiso y luego se la saca, haciendo lo mismo con la suya para después juntarlas en un puño firme. por suerte tiene manos grandes y cubre ambas extensiones con éxito.

-pará, gus-gime el menor, embelesado ante la vista de su propia pija junto a la de su mejor amigo, otro pibe-es un montón.

la diferencia no es mucha, ambos están agraciados con buena medida, tal vez la de barco parece un poco mas gruesa a diferencia que la de giay, la cual expresa mas largor y también destaca por desigualdad de tonos epidermicos.

agustín piensa que una garcha no puede parecerte linda hasta que ves la de valentín.

-saltá-ordena. el colorado nota que su voz bajó una octava y suena mas grave que de costumbre, es imposible negarse a hacer lo que le pide cuando le habla así.

salta, con mucha vergüenza, pero salta, y le pone todo el empeño del mundo en embestir el puño ajeno en busca de su propio placer. rebota sobre el regazo del morocho, los unicos sonidos capaces de escucharse siendo el choque humedo de sus muslos desnudos en las piernas de agustín y el chapoteo de sus erecciones chorreantes. gemidos graves y agudos, gruñidos, jadeos airosos, quejas y lloriqueos necesitados. de todo un poco.

-ah-gus-los brincos pierden ritmo pero nunca rapidez, ambos están cerca y desesperados por correrse.

agustín aprieta la cadera del chico de piel palida con fuerza para ayudarlo a moverse, puede sentir la fuerza del orgasmo construyéndose en su bajo abdomen, pesado, caliente y en cantidad.

-si, así...un poco mas, un poco mas.

valentín oculta su cara en el cuello del mayor para acallar un grito cuando se viene, soltando chorros de líquido espeso sobre el abdomen del morocho mientras le muerde la camiseta. sus caderas no dejan de moverse ni por un segundo, cabalgando los ultimos vestigios de la corrida de su vida. agustín le sigue segundos después abrazándose a su cuerpo mientras tiembla y luego se queda quieto como una estatua, respirando con dificultad sobre su oído.

se quedan un rato así, pegados y exhaustos hasta que giay interrumpe el silencio.

-ganamos, no somos maricones.

valentín lo quiere matar, puede sentir la ira subiendo por su garganta al recordar porqué -o mejor dicho, por quien- había terminado en esa situación impensable en primer lugar.

ahora debía tener una limpieza de conciencia o un reseteo de memoria para olvidar las barbaridades que cometió bajo las influencias de quien creía su mejor amigo porque no se creía capaz de seguir viviendo después de haber peligrado su sexualidad de esa forma.

-andate de mi casa.

-fua, no te conocía así, colo-le arregla la ropa aprovechando que todavía no bajó de sus piernas y después hace lo mismo con la suya-no sabía que eras los de un touch and go.

-agustín-el morocho levanta la cabeza para mirarlo a los ojos y su sonrisa desaparece cuando nota la seriedad con la que le habla-andate.

♡♡♡

ta maomeno, podría ser mejor

gallina (v. barco x a. giay)Where stories live. Discover now