Intimidad.

17 2 0
                                    


Un aroma fresco inunda mis fosas nasales y me hace abrir los ojos noto que Regina sigue dormida en la misma posición su cuerpo va al compás de mi respiración, noto que la música ya no suena seguramente mi móvil se ha quedó sin batería, observo el pequeño reloj que tengo en mi mesita de noche son poco más de la siete de la mañana, intento no moverme para no despertar a Regina mientras intento pensar, mi cabeza es un completo relajo ni yo mismo se lo que me pasa, me doy cuenta de que me siento descansado no he tenido esa maldita pesadilla que casi diariamente me persigue y que por lo regular siempre recuerdo, me pierdo en mis pensamientos ¿Qué haré? estoy realmente confundido pero siento que alguien me observa volteo y me encuentro a Regina observándome ¿Cuánto tiempo lleva haciéndolo?

-Buenos días preciosa— Digo sonriendo tímidamente, olvidándome de mis obscuros pensamientos y al notar su cabello ondulado un poco alborotado

-Buenos días— Dice tímida pero con un nuevo brillo en sus ojos y me hace sonreír aún más el saber que yo lo he ocasionado

-¿Todo bien?— Pregunto con un tono preocupado, observo como ella escanea su cuerpo rápidamente y un sonrojo aparece en sus mejillas seguramente recordando lo de hace unas horas.

-Todo perfecto— Dice roja como un tomate, yo sonrió y depositó un beso en su cabeza pasan varios minutos donde sólo nuestras respiraciones llenan el entorno encerrados en nuestra propia burbuja, hasta que recuerdo que hubo fiesta anoche joder y nosotros hechos un lío pero me importa un bledo además entre tanto ruido era imposible percibir los sonidos que emitimos y además la mayoría estaban alcoholizados nosotros pasábamos desapercibidos

En ese momento se me ocurre algo con delicadeza cargo a Regina a la cual he tomado por sorpresa pero no protesta, la colocó sobre el mueble del lavabo y abro el grifo de la tina que se llena con rapidez, dejo caer un botella de aroma a menta ella se dedica a observar sin decir palabra, cuando noto que la temperatura es perfecta no pierdo tiempo la meto junto conmigo estamos desnudos pero no tenemos pudor y con una intimidad enorme comienzo a lavarla quitando los residuos de sudor y de mi semen, joder aún me estremezco al recordar la sensación de llegar juntos al orgasmo.

Ella no dice nada se que esto tiene su pudor pero quiero que este cómoda y parece que lo logro porque siento su cuerpo relajado, además después de lo que ha pasado necesito que ningún arrepentimiento la inunde pasan varios minutos hasta que ambos estamos limpios, todo el tiempo estamos en silencio pero es un silencio bastante cómodo, cuando noto que ya ha pasado bastante tiempo yo con delicadeza la saco de la tina y comienzo a secarla pasando la toalla por su definido cuerpo y cuando terminó poso mis labios en los suyos dándole un casto beso.

-Ahora estas más perfecta— Digo y sin poder evitarlo le doy otro beso en los labios pero está vez más profundo, le pasó su ropa para que se vista, mientras yo busco unos jeans y una playera rápidamente en mi clóset no dedico tanto tiempo a arreglarme mi cabello está alborotado y no coopera. Noto como Regina hace lo que puede con lo que tiene, por estar retozando no he prevenido en conseguirle ropa para ella.

-Ven— Digo cuando ya está lista ella toma mi mano— Debes estar famélica

-Demasiado— Dice con una pequeña sonrisa cuando salgo todo está silencio y desordenado joder pues en qué terminó la fiesta, cuando bajamos en la cocina está Cathy

-Buenas Cathy— Digo y me sorprendo de escuchar mi tono de voz tan alegre

-Mi chico— Dice sonriente mientras yo acomodo a Regina en un taburete ella nos observa un par de veces con sus ojillos verdes pero no dice nada.

-Tu chico muere de hambre— Digo sonriendo ella asiente rápidamente mientras se acomoda el pequeño mandil que siempre usa.

-¿Omelet? ¿Tocino? ¿Hot cakes? ¿Cierto?— Yo asiento Cathy sabe lo que me gusta y comienza a mover su pequeño cuerpecito atraves de la cocina.

-¿Como te sientes? casi no has hablado— Le digo a Regina en tono bajo sólo para que ella me escuche mientras Cathy bate huevos frenéticamente.

-Me siento bien tranquilo, sólo que no puedo dejar sacar de mi mente lo que paso anoche— Dice tímida y se sonroja inmediatamente, no la culpo yo anhelo hacerla mia otra vez.

-Eso es halagador— Contestó con una sonrisa enorme y alzando las cejas de
manera coqueta que logra hacerla reír y su risa me tranquiliza bastante.

Desayunamos tranquilos mientras le cuento que Cathy me conoce desde pequeño, Regina me escucha atenta mientras come con bastante apetito.
Cuando terminamos tomo las llaves de mi auto para poder llevarla a casa, quisiera pedirle que se quede más tiempo pero imagino que querrá estar más cómoda.

-Ahí están— La voz de Tony suena a través de la sala quien se acerca con cara de tener una resaca terrible

-Aquí estamos iba a llevar a Regina a casa— Digo antes de que comience a preguntar, él me observa sabe que algo pasó y con la mirada sé que quiere hablar conmigo, pero no sé porque decide callarse.

-Vayan con cuidado— Dice con un tono intranquilo pero yo estoy teniendo una excelente mañana y le sonrió.

Tomo de la mano a Regina quién se sonroja, después de que va a darle un beso a Tony.
Caminamos hacia la salida mi jardín también es un completo caos pero los autos están intactos, le abro la puerta del copiloto y segundos después arrancó me pongo mis gafas para evitar que Regina vea mis ojos que están danzando
de alegría. Me siento como un crío abriendo regalos en navidad. Tiene años que no me sentía así y me agrada.

Una nueva forma de amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora