Capitulo 1

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En una fría noche, en un lugar apartado y sombrío, Severus yace herido de muerte, con la mirada perdida en el cielo estrellado. Los susurros del viento parecen llevar consigo el lamento de un hombre desesperado, desilusionado y traicionado por un destino que le negó el amor puro y verdadero que anhelaba.

Severus, con voz entrecortada por el dolor y la desesperación, murmura al vacío:

Severus: "Si tan solo no estuvieran destinados... si tan solo existiera un amor que trascendiera las reglas impuestas por el destino. Solo deseaba un amor puro y verdadero, no limitado por las ataduras del destino... donde yo pudiera forjar mi propio destino."

La oscuridad de la noche parece envolver sus palabras, llevándolas lejos de cualquier oído dispuesto a escuchar su amarga confesión. Sus ojos reflejan la desilusión de un hombre que luchó contra un destino cruel y despiadado, solo para descubrir que incluso en su último aliento, la verdad permanecería sin ser revelada.

Severus siente que su vida se escapa lentamente, llevándose consigo el peso de una verdad no dicha, la carga de un amor no vivido y la esperanza de un destino forjado por su propia voluntad. En su último suspiro, anhela encontrar consuelo en un más allá donde las reglas del destino no tengan poder sobre el amor que tanto anhelaba.

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En el Monte Olimpo, Eris y Moira se enfrentan en una discusión que sacude los cimientos del mundo divino. Eris, con el dolor de la traición en su corazón, desafía a Moira, exigiendo respuestas sobre su papel en el destino de los mortales.

Eris: "¡Moira! ¿Acaso no tienes compasión por el dolor que has causado con tus destinos preestablecidos? Traicionaste nuestro amor al unirte al dios del rayo. ¿Es este el destino que tejiste para mí?"

Moira, con calma y firmeza, responde:

Moira: "El amor y el destino son hilos entrelazados que deben seguir su curso. No te he traicionado, Eris. El destino de los mortales es frágil y complejo, y mi deber es mantener el equilibrio en el mundo terrenal."

Eris, con ira contenida, continúa desafiando a Moira:

Eris: "¿Acaso no ves que tu control sobre el destino limita la libertad de los mortales? El caos puede crear un amor más puro y verdadero que cualquier destino preestablecido. Los mortales merecen la oportunidad de forjar su propio camino."

La discusión entre Eris y Moira se intensifica, mientras las palabras cargadas de emoción y resentimiento resuenan en el Olimpo. La tensión entre el caos y el destino alcanza su punto álgido, marcando un punto de inflexión en la relación entre ambos dioses. eris se marcha a su templo no podia soportar mas a la insiste de moira.
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En el templo del dios del caos, Eris, se encuentra sumido en un profundo resentimiento y dolor. Observa con furia el pozo que muestra los destinos de los mortales, recordando su traición por parte de la diosa del destino, Moira. La ira arde en sus ojos al ver a un joven destinado a morir para proteger un amor que ya estaba predestinado a otra persona.

Eris, con voz llena de amargura, dirige su mirada al cielo estrellado y pronuncia con rabia:

Eris: "¡Moira! Has traicionado mi amor y mi confianza. Creaste destinos entrelazados que solo causan sufrimiento y desdicha. Te enseñaré que el caos puede crear un amor más puro y verdadero que tu destino preestablecido."

Enfrentando la soledad en su templo, Eris se sumerge en la oscuridad de su propio dolor, decidido a demostrar que el caos puede generar un amor más auténtico y genuino que cualquier destino preinscrito. 

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Un Slytherin En Grynfindors.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora