Mirame

Impostora

Draco se encontraba en la sala común de Slytherin con Pansy y Theodore, estaban haciendo un trabajo de historia de magia, el profesor no había sido considerado con ellos ya que les puso a resumir algunos de los temas que ya habían visto antes para asegurarse de que la información se les quedara, aunque claro, si se les llegaba a dificultar podían usar sus notas.

- No puedo más, me rindo - dijo Pansy soltando la pluma.

- No es tan difícil, yo ya voy a la mitad - mencionó Theodore.

- Se que no es difícil - dijo Pansy. - Pero esto ya es demaciado, ¡¿cómo vamos a resumir mitad del año?!

- Si me disculpan, iré por unos libros a la biblioteca - dijo Draco levantándose de uno de los sillones de la sala.

- ¿A esta hora? - preguntó Pansy.

- ¿Podrías traerme algunos libros? - preguntó Theodore.

- ¿No puedes ir tú? - reclamó Draco.

- Ya vas para allá, no hace falta que yo vaya - recalcó Theodore.

- Como sea, ¿cuáles necesitas? - dijo Draco.

- Toma, los tengo escritos en esta nota - dijo el chico entregándole una nota.

- ¿Algo más? - preguntó tomando la nota.

Al ver que regresaron al trabajo supuso que eso era un no, asi que salio de la sala común, camino por los largos pasillos del castillo en dirección a la biblioteca, debido a que ya era de noche no se encontró con nadie, lo cual agradeció ya que estar rodeado de mucha gente lo fastidiaba, algunas veces chicas iban y lo seguían con el pretexto de que compartían la misma asignatura pero no era tan idiota como para no darse cuenta de que también lo seguían seguían a cualquier lugar que iba, no le tomaba tanta importancia porque después de todo son simples chicas que quieren su atención, ¿quién era el para negarselas?, algunas veces les respondía sus preguntas pero normalmente pasaba de largo. No lo iba a negar, le encantaba llamar la atención de las chicas e incluso llegó a tener citas con algunas, pero siempre se quejaban de que era demasiado frío con ellas y que parecía una persona sin sentimientos, que solo blablabla... él sabía que al final solo estaba jugando con sus sentimientos porque el nunca llegaría a sentir tales cosas por ellas, después de todo era el chico de oro el que se había adueñado de su corazón.

Draco se detuvo en medio del pasillo para apreciar la luna llena, lo cual le hizo recordar el momento que había pasado a solas con Potter, gracias a esto sonrió inconscientemente y se odio por eso, ¿por qué mierda tenía que tener sentimientos hacia el niño que vivio?. Siguió con su camino hacia la biblioteca, al llegar se apresuró a tomar sus libros y después fue en busca de los de Theo ya que el había escrito libros de diferentes asignaturas, al tomar uno de los libros de los estantes, escucho como alguien se acercaba a él.

《Sólo te pido que no sea una chica queriendo coquetear》rogó el rubio.

Los pasos se fueron alejando, pero se le hizo raro ya que el camino por el que se escuchaban parecía acercarse a la zona prohibida, el había estado en varias ocasiones en esos pasillos ya que siempre le interesó saber el porque eran tan peligrosos como para apartarlos de los demás. Siguió a la persona ya que normalmente nadie se dirige hacia allí, logra ver como una persona encapuchada empezó a murmurar, después la puerta se abrió y la persona entró, Draco no dudó en seguirle el paso. Antes de pasar por la puerta, Draco se volteó para fijarse de que nadie lo siguiera, gracias a esto perdió el rasto de la persona misteriosa.

《No me jodas...》se queja el chico.

Saco su varita y la levantó con cuidado, caminó por los pasillos silenciosamente en busca de la persona, al no encontrar rastro de ella baja su varita.