42. ASAMBLEA

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GINEVRA AVOLA

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GINEVRA AVOLA

—¡Nooo! —un gritó desgarrador brotó de mi garganta

—Qué pena... me hubiese gustado que viera como te follaba la boca... —el pánico me invadió y el temblor en mi cuerpo solo reflejaba lo mucho que temía por mi vida

—Ahora camina... debemos hacer esto oficial

Un sonido sordo cubrió todo el lugar y en medio de la confusión y el caos... una voz.

—¡Al piso Gin! —¿Fabio? era Fabio, podría reconocer su voz a kilómetros

Como pude me solté del agarré de Noah y un segundo disparó retumbó en el lugar.

—¡Malditos! ¡Hijos de puta! —gritó Noah mientras tomaba un puñado de mi cabello en sus manos y me arrastraba a la salida

—¡Suéltala o te vuelo la cabeza! —esta vez habló Enzo

—Salven a Gio... —sollocé— por favor... déjenme... está herido

Un tercer disparo y esta vez parecía haber dado en el blaco porque Noah me soltó a la vez que gritaba otra maldición. En el auge del momento aproveché la situación y me arrastré lo más lejos que pude, no podía ver por el humo denso que estaba cubriendo el lugar, pero si escuchaba voces y pasos acercarse.

—Te tengo muñequita —reconocí el olor de Enzo incluso antes de escuchar su voz

—¿Qué tal está? —esta voz era de una mujer, pero no podía identificarla

—Algo golpeada —de pronto todo comenzó a tornarse más oscuro y las voces se escuchaban con menos intensidad

—Corran, salgamos... —fue lo último que escuché

GIOVANNI RUGGIERO

Me desperté exaltado cuando la imagen de Ginevra siendo apuntada con un arma apareció en mi mente.

—Cálmate —giré para encontrar a Mikhail recostado de la pared

—¿Qué mierda? —pregunte mientras miraba alrededor y me di cuenta de que estaba en uno de nuestros centros clínicos privados— intenté moverme y una punzada en mi hombro me hizo quejarme de dolor

—¿Qué parte de que te calmes no entiendes?

—¿Qué pasó? —dije intentando recomponerme

—Además de que casi pierdes la movilidad de tu brazo... —Mik nunca jugaba con sus palabras

—El contexto Bykov —gruñí

—Una vez que Tashie logró posicionar las bombas, se encargó de las cámaras de seguridad, lo que nos dio una ventaja de unos quince minutos, mientras el idiota del custodio de la red de seguridad se pajeaba imaginando el coño de mi hermana. Rodríguez no tenía ni idea de que estábamos dentro, por eso cuando entramos... podríamos decir que se desestabilizó un poco y perdió la poca cordura que le quedaba...

¿CÓMO SE TRADUCE EL AMOR?Where stories live. Discover now