Capitulo 23

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La nieve caía del oscuro cielo mientras conducía, creando un manto blanco que cubría cada rincón del paisaje. Mis ojos, de tanto en tanto, se desviaban hacia mi teléfono, que marcaba las siete en punto. Debería haber llegado a la casa de Yoongi hace media hora, pero mis impulsos de compradora compulsiva tenían la culpa de mi retraso.

Pasé horas en la tienda, buscando los regalos perfectos para cada uno de ellos. Quería que esta noche fuera especial, ya que papá estaría con nosotros. La emoción me embargaba intensamente, sabiendo que esta sería posiblemente la mejor navidad de toda mi vida. Una sonrisa radiante se dibujaba en mi rostro, reflejando la felicidad que latía en mi interior.

A medida que avanzaba por las calles nevadas, la música sonaba suavemente en la radio del automóvil, creando un ambiente acogedor. La ciudad estaba adornada con luces parpadeantes y decoraciones brillantes.

Finalmente, llegué a la casa, donde la calidez del hogar se filtraba a través de las ventanas iluminadas. Con el corazón latiendo de emoción, estacioné el automóvil y me apresuré a entrar.

Sin preocupación abrí la puerta silenciosamente debido a que tenía la llave de repuesto de la casa y al cruzar el umbral, escuché murmullos provenientes de la cocina. Eche un vistazo a la decoración de la casa reí por el esfuerzo que habían sacado. Dejé los bolsos en una esquina de la puerta y entré a la cocina sorprendiendo a ambos.

—Hola..  —Sonreí, observándolos detenidamente.

—Cariño, no te oí entrar. —Yoongi miró de reojo a Jungkook regresándole un papel que tenía en sus manos.

—Perdón por la tardanza, estaba ocupándome de unas cosas.  —Expliqué siendo recibida por un abrazo de cálido Yoongi.

—Por supuesto que sí, eres ahora toda una mujer ocupada. ¿No lo crees Jungkook?

Giré mi rostro en dirección al nombrado. El brillo en mis ojos reflejó la alegría dentro de mi cuando conectamos miradas. El me dedicó una sonrisa suave guardando el pedazo de papel en su bolsillo.

—Sigue siendo pequeña frente a mis ojos. ¿Te cortaste el cabello? —Preguntó acercándose a mi.

—¿Te gusta? —Ladeé mi rostro sonriendo.

—Te vez preciosa, princesa. 

Llego hasta mi acurrucándome en sus brazos y planto un tierno beso en frente. Le di un fuerte abrazo a papá, sintiendo su aroma familiar inundar mis sentidos. La mezcla de su perfume y su esencia personal creaba una fragancia única que solo él tenía. Sentía tantas emociones en ese momento que parecía que mi corazón explotaría de no poder contenerlas por más tiempo.

No importaba lo mucho que pasó, en ese abrazo me sentía pequeña y protegida, como si nada pudiera lastimarme. Me aferré a él con fuerza, sintiendo su calidez y amor envolverme. Estaba feliz de que por fin podía estar a su lado.

—¿Prepararon comida? Muero de hambre.

—Verás ocurrieron cosas. —Yoongi respondió mirando a papá inocentemente.

Jungkook camino de regreso frente a la estufa y abrió el horno sacando una bandeja. La colocó sobre la mesa y como lo había visto venir, la comida estaba quemada.

La noche estaba llena de risas, historias y gratitud. Nos sentamos alrededor de la mesa, compartiendo una deliciosa cena quemada preparada con amor. Los regalos debidamente envueltos esperaban su turno debajo del árbol, listos para ser abiertos con anticipación y emoción.

—Ya mismo es media noche.  —Mencioné

—¿Quieres abrir los regalos? —Papá preguntó.

—Los abriremos en un momento, iré al baño así que esperen un segundo. —Yoongi se levantó de la mesa apurado retirándose del comedor.

Mis ojos se encontraron con los de mi padre, y en ese intercambio silencioso, sonreí.

—Limpiaré la mesa.

—Mi amor, sabes que te amo. ¿Verdad?

Detuve mis movimientos regresando a tomar asiento en la mesa y lo miré fijamente. ¿Por qué había sonado tan extraño?

—¿Si? —Respondí con lentitud— ¿Pasa algo?

—No es solo que, quiero hacer tantas cosas contigo. Ya sabes, cumplir varias metas de mi lista.  —Dejó escapar una sonrisa.

—¿Tienes una lista? —enarqué mi ceja.

—Por supuesto. Tengo una lista de los lugares que me gustaría ir contigo.

—¿Solo nosotros? —Lo miré con más atención sintiendo mi versión de mi infancia emocionada.

—Solo nosotros. Papá e hija.

—Entonces, ¿Cuando comenzamos?

—iMañana si es que no te molesta!

—De acuerdo..

Reí suavemente por lo rapidez con la cual había respondido. Parecía desesperado y lo entiendo. Yo también moría por pasar tiempo con él.

—Bien entonces mañana.  —Sonreí y el me regresó una sonrisa pero noté como sus ojos se encontraban apagados.

—Iré a limpiar esto, quédate aquí yo me encargo.

Papá se puso de pie agarrando los utensilios y antes de verlo retirarse del comedor entreabrí mis labios para hablar.

—Yo también. Yo también te amo papá.

papá ausente -jjk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora