Tú, tus ojos brillantes

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Harry había intentado hablar con Ron desde la noche anterior que habían discutido por aquel incidente de la corbata Slytherin pero Ron no le hacía caso, lo ignoraba y se apartaba de él en segundos, parecía como si no soportara verlo, Hermione ya había hablado con Ron pero eso no había ayudado en nada, en cambio, el pelirrojo se apartó de ambos solo por estar del lado de una persona Slytherin que podría ser un mortífago y matar a Potter

- Mione, ya no intentes hablar con él, ya se le pasará, es mi amigo, entenderá - dijo Harry, tranquilizando a su amiga furiosa por el comportamiento de Ron

- Pero Harry, Ronald es un idiota, no se pone en tú lugar, solo piensa en sí mismo - regañó Hermione, Harry sabía que la castaña tenía razón en lo que decía, pero, ¿qué más podían hacer?, Ronald era un necio cuando creía tener la razón

- Si Mione, pero es Ron a fin de cuentas, luego entenderá - dijo Harry, acomodándose a un lado de su amiga en la gran banca de la mesa Gryffindor

Harry apoyó su barbilla en la palma de su mano, pensando y viendo inconscientemente hacía la mesa Slytherin, cruzando miradas con aquel rubio que odiaba, Malfoy solo lo miró con desprecio, acercándose hacía su banca

- ¿Qué pasa Potter?, ¿ya te gusté? - se burló Malfoy

- Deja de molestar Malfoy - discutió Hermione

- ¿A tu amigo Potter le comieron la legua o por qué respondes tú?, sangre sucia despreciable - dictó Draco fríamente

- No le hables así a Mione, Malfoy - está vez Harry defendió a su amiga

- Que bonita pareja, ¿ya son novios o solo se turnan para defenderse entre sí? - burló Draco, Crabbe y Goyle rieron detrás de Malfoy

- Eres un imbécil Draco - respondió Harry, molesto, poniéndose frente al rubio, viéndolo directamente a los ojos, con puro odio y frialdad

- No aguantan nada, que patéticos - Draco le devolvió la mirada retadora a Harry

- Patético tú y tus gorilas detrás tuyo como idiotas - Harry se paró de la banca, quedando frente a frente con Malfoy, era extraño, no se dirigía miradas de odio, si no de extrañeza y curiosidad, como si quisieran saber el porqué se atacaban de nuevo y si eso algún día se convertiría en algo más

- Por lo menos cumplen su misión de protegerme, no como tus amigos ineptos que solo parecen pulgas detrás tuyo Potter - dijo Malfoy, Harry pudo ver sus ojos, de un extraño color gris, brillando de curiosidad y burla al mismo tiempo, ¿acaso Harry estaba pensando en los bellos ojos que vió y comparándolos con los de Malfoy?, no, claro que no, o al menos Harry se dijo que no caería tan fácil

- Pulgas tus gorilas, mis amigos son seres más capaces por sí solos que tus gorilas que apenas y piensan en comida por sí mismos - respondió Harry, intentando sacar de su mente aquellos ojos de luz de luna que por alguna razón se parecían a los de Malfoy

- Vaya Potter, si sabes que decir, pero mira, mis amigos, gorilas como tú los llamas son bastante capaces, al menos yo no les salvo la vida cada que los meto en problemas, ellos mismos lo hacen - dijo Malfoy, apartandose de Harry, y haciendo una señal a Crabble y Goyle para irse de ahí

- Son unos idiotas, parecen niños pequeños peleando por la última paleta de la tienda - reclamó Hermione parándose de su lugar y saliendo del Gran Comedor

Harry solo se quedó pensando, nunca había tenido tan cerca a Malfoy, y hoy lo tuvo tan cerca que pudo... ¿admirar sus... ojos?, creyó que eran los mismos de aquella silueta, eran como una copia exacta de la Luna, solo que los ojos de Malfoy brillaban con burla y los de aquella silueta brillaban con emoción y amor a la Luna, era absurdo, pensó el moreno

Al llegar a la sala común, Harry se sentó donde solía ver la luna, ésta noche la luna estaba cubierta con una leve capa de nubes, no opacaban su brillo pero la dejaban escondida de cualquiera que quisiera verla incluyendo a aquel muchacho de ojos verdes, que desanimado veía como la esperanza de ver aquella hermosa silueta esa noche se desvanecía, el joven se fué a recostar a su cama luego de prepararse para dormir, no tenía ganas de salir de nuevo al Gran Comedor para cenar o siquiera para pelear con Malfoy, o arreglar las cosas con Ron, solo quería descansar de un agotador día

A la mañana siguiente Harry estuvo muy fuera de sí, todo el tiempo estaba en sus pensamientos, Hermione estaba a su lado todo el tiempo por eso mismo, sabía que el moreno no iba a decirle que le pasaba y mucho menos en qué pensaba, pero ella se quedaría para ayudarlo si es que era necesario

- Hermione - habló Ron, la mencionada y Harry iban caminando juntos por uno de los miles pasillos del castillo, Ron estaba detrás suyo, llamando a Hermione con una mirada algo arrepentida y triste

- ¿Qué quieres, Ronald? - respondió Hermione, fijándose que Harry no se alejara tanto, por suerte solo había dado unos cuantos pasos hacía adelante

- Quiero hablar, contigo y con Harry - dijo Ron, apenado, su amiga estaba enojada con él, y éste lo sabía, y sabía que Potter estaba más enojado, Ronald había sido un ingrato al evitar a Harry y Hermione solo por aquel incidente que reveló la casa del misterioso amor secreto de Harry

- Bien, habla - mencionó Hermione, sin darse cuenta que Harry había desaparecido en el pasillo, Ronald tampoco se había dado cuenta, hasta que suspiró y volteó a buscar la mirada verde de su amigo

- ¿Y harry? - preguntó Ron, sin entender como en un abrir y cerrar de ojos el moreno había desaparecido por entre aún pasillos vacíos, las demás casas estaban en clases

- No lo sé - dijo Hermione, también dándose cuenta que su amigo había desaparecido

Harry ya se encontraba cerca del Gran Comedor, no se había dado cuenta de cuando llegó solo de que ya estaba parado frente a esas grandes escaleras frente a la gran puerta del comedor, se sentó en aquellas escaleras, cansado, apenas iba empezando su día y ya se había agotado, algo inusual en él, pero solía pasar varias veces, se quedó sentado, pensando en aquellos ojos hermosos, quería verlos esa noche, sería casi imposible que su deseo fuera realidad más tarde pero haría el intento de tener esperanza en verlos, esos ojos desde que los vió le dieron paz y calma, tal y como la luna lo hacía, esos ojos eran su luna, y esa luna controlaba su marea de emociones, así como la luna controla la marea del mundo

Mis ambiciones se resumen en tíHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin