La Niña Que Vivió (5/6)

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—Mi querida profesora, estoy seguro de que una persona sensata como usted puede llamarlo por su nombre, ¿verdad? Toda esa tontería de Quien-usted-sabe… Durante once años intenté persuadir a la gente
para que lo llamara por su verdadero nombre, Voldemort. —La profesora McGonagall se echó hacia atrás con temor, pero Dumbledore, ocupado en desenvolver dos caramelos de limón, pareció no darse
cuenta—. Todo se volverá muy confuso si seguimos diciendo «Quien-usted-sabe». Nunca he encontrado ningún motivo para temer pronunciar el nombre de Voldemort.
—Sé que usted no tiene ese problema —observó la profesora McGonagall, entre la exasperación y la admiración—. Pero usted es diferente. Todos saben que usted es el único al que Quien-usted… Oh, bueno, Voldemort, tenía miedo.

-Miedo?- pregunto - el sin nariz no le pudo tener miedo a un maldito viejo manipulador de mierda- terminó de decir Lizzie con molestia.

Mientras tanto los semidioses y Dioses que la conocían se sorprendieron por su forma de expresarse.

-Tu boquita Elizabeth controlala si no quieres que te corte esa lengua-le dijo Hermione con seriedad

-Oh vamos Hermione no me vengas con eso si tu muy bien te pusiste a maldecir enfrente de una niña de 3 meses y un niño de 5 años así que no me vengas a sermoniar- le dijo Lizzie cabreada con la chica sorprendiendo a la nombrada y a su esposo.

Mientas eso pasaba los Dioses y Semidioses veían esa pelea preguntándose que habrá pasado entre ellos.

—Me está halagando —dijo con calma Dumbledore—. Voldemort tenía poderes que yo nunca tuve.
—Sólo porque usted es demasiado… bueno… noble… para utilizarlos.

-Huh! Noble dice- dijo la pelinegra molesta

—Menos mal que está oscuro. No me he ruborizado tanto desde que la señora Pomfrey me dijo que le gustaban mis nuevas orejeras.
La profesora McGonagall le lanzó una mirada dura, antes de hablar.
—Las lechuzas no son nada comparadas con los rumores que corren por ahí. ¿Sabe lo que todos dicen sobre la forma en que desapareció? ¿Sobre lo que finalmente lo detuvo?
Parecía que la profesora McGonagall había llegado al punto que más deseosa estaba por discutir, la verdadera razón por la que había esperado todo el día en una fría pared pues, ni como gato ni como
mujer, había mirado nunca a Dumbledore con tal intensidad como lo hacía en aquel momento. Era evidente que, fuera lo que fuera «aquello que todos decían», no lo iba a creer hasta que Dumbledore le dijera que era verdad. Dumbledore, sin embargo, estaba eligiendo otro caramelo y no le respondió.
—Lo que están diciendo —insistió— es que la pasada noche Voldemort apareció en el valle de Godric. Iba a buscar a los Potter. El rumor es que Lily y James Potter están… están… bueno, que están muertos.
Dumbledore inclinó la cabeza. La profesora McGonagall se quedó boquiabierta.
—Lily y James… no puedo creerlo… No quiero creerlo… Oh, Albus…
Dumbledore se acercó y le dio una palmada en la espalda, pero algo que la profesora no noto el brillo inusual en sus ojos.

-Por que siento que ese brillo en sus ojos no me va a gustar- Percy le pregunto a su madre

-Oh por que no te gustará para nada- dijo ella muy seria.

—Lo sé… lo sé… —dijo con tristeza fingida.
La voz de la profesora McGonagall temblaba cuando continuó.
—Eso no es todo. Dicen que quiso matar a la hija de los Potter, a Elizabeth. Pero no pudo. No pudo matar a la niña. Nadie sabe por qué, ni cómo, pero dicen que como no pudo matarla, el poder de Voldemort se
rompió… y que ésa es la razón por la que se ha ido.

Todos miraron hacia donde estaba Lizzie viéndola envuelta en sus pensamientos hasta que se da cuenta que la están mirado

El Secreto De Sally JacksonNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ