1, 2, 3, 4...

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Si estás a punto de perder la calma, no digas nada. Te sugiero que cuentes hasta veinte, hasta treinta o hasta donde quieras: será más fácil eso que pedir disculpas. Porque hay palabras que son como espadas que hieren el alma.

Otras son como balas que taladran vidas;

esas no salen ni con cirugía.

Valentía (Disponible en Amazon)Where stories live. Discover now