De ahora en adelante vivirás aqui

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Elaiza decidió tomar un baño llevaba todo el día con el mismo vestido ya se sentía incómoda, cansada de llorar, salió del baño entró al vestidor y tomó una playera de Eliot, regresó al baño y dejó que el agua de la regadera se llevara todo su pesar y dolor por los recuerdos.

Eliot entró para decirle que bajarían a cenar, pero al escuchar la regadera abierta, fue a buscar a Amelia para preguntarle si habían llevado las cosas de Elaiza a la mansión.

-Hola Amelia, disculpa que te interrumpa, que paso con el favor que te pedí, sobre las cosas de mi mate, si las trajeron?

-Si, Alfa, en seguida las mando para su recamara, en 10 minutos empezaremos a servir la cena.

-Gracias Amelia.

A pesar de su mal humor, no podía ser grosero con la mujer que crío a sus hijos, la quería como una hermana.

Eliot volvió a su recamara para avisarle a Elaiza que bajarían a cenar.

Enseguida entraron dos lobas encargadas del servicio con la cosas de Elaiza y las empezaron a acomodar en el gran vestidor.

Como Elaiza no tenía intención de hablar con Eliot, se tomó una larga ducha, y cuando salió se percató de que uno de sus vestidos estaba sobre la cama.

-Que  hace mi vestido sobre la cama?

Eliot salió del vestidor asustandola.

-Yo pedí que trajeran tus cosas a la mansión, en el vestidor están las demás.

-Demonios!! eres muy sigiloso, y por que no lo consultaste conmigo, este tipo de cosas son las que me molestan.

-Lo hice porque de ahora en adelante vivirás aquí, y puse ese vestido para que te lo pongas porque bajaremos a cenar con mi familia.

-Y todo eso solo por que tú lo dices, pues no señor no tengo ganas de cenar contigo ni con nadie, estoy muy cansada y como no me dejas irme a mi casa pues me voy a dormir.

-Me estoy cansando de tu insolencia, vas a bajar aunque no quieras!!

-Ya te dije que no!!

Eliot la empujó hacia la cama colocándose encima de ella, con una mano sostenía las muñecas de Elaiza sobre su cabeza y con la otra le sostenía la mandíbula firmemente besándola de manera salvaje.

-No te pregunte, te di una orden.

Elaiza comenzó a llorar de nuevo, nunca se imagino volver a escuchar que un hombre le gritara de esa manera.

Eliot estaba ya muy molesto, así que el se adelanto a la cena y le dijo que la esperaba abajo, Elaiza simplemente tomó el  vestido y lo guardo y saco una pijama de pantalón largo y playera de manga larga y se recostó en la cama, preguntándose si se merecía ser tratada de esa manera.

Mientras Eliot se dirigía al comedor analizó lo que sintió en su pecho, ese sentimiento venia de su mate, miedo, angustia, dolor, no se explicaba el porque se sentía así y no sabia como actuar ante esa situación.

En el comedor ya se encontraba Jason con su esposa Kaely y el beta de Jason, Mike. Se quedaron en silencio al verlo entrar con el semblante serio pero con angustia en su mirada.

-No tengo ni que preguntar como vas verdad.

-Aag es tan complicada, que hace que pierda los estribos, porque será tan necia.

-Pues tu no eres tan amable que digamos, papá.

Jason lo dijo con un risita de burla pues el sabe lo complicado que es cuando un lobo encuentra a su mate.

-Le falta mucho todavía Alfa Eliot, las mujeres son tan bellas como complicadas jajaja.

-Cállate Mike, no molestes a papá, ya te veré el día que tu encuentres a tu mate.

-Ya, comportense parecen niños!! Señor Eliot yo le aconsejo que le tenga paciencia, pero sobre todo no le grite, a las mujeres no nos gusta que nos griten, al contrario sea amoroso con ella y tendrá lo mejor a su lado.

-La verdad no entiendo todo esto, estábamos bien pero de repente, aag, y todo por querer hablar con ese simple humano, el tal Lucas.

-Empecemos a cenar, tal vez mañana estén de mejor humor y ya puedan arreglar las cosas.

Eliot sabía que su hijo tenía razón, quería ir por Elaiza pero sería mejor que se calmaran un poco.

Durante la cena Eliot estuvo en silencio, pensando en cómo hacer para acercarse a su amada ya sin peleas ni gritos. Así que le pidió a Amelia una charola con algo de cenar para Elaiza, el mismo la subiría y le daría de cenar en la boca de ser necesario, pues sabía que ella no cenaria por estar enojada.

Ya en la recamara.

-Preciosa, ya te dormiste?

-Que quieres, vienes a seguir gritándome.

Eliot dejo la charola en la mesita de la sala de descanso que había había la habitación y se acercó a Elaiza.

-Ya mi amor por favor, ya no quiero que sigamos peleando, estábamos tan bien comiendonos a besos.

-Tu tuviste la culpa, por hacer cosas que no debes.

-Bueno ya, vamos a que cenes algo, no quiero sorpresas.

Elaiza caprichosamente se levantó de la cama, Eliot la observó y cambió su rostro por uno un poco de disgusto.

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