2. EL ABISMO.

270 20 3
                                    

Habitación de las chicas, 19:00 h.

Narra Robin.

— ¿Todavía no habéis hablado? ¿En serio?— Nami me miraba con el ceño fruncido mientras yo me encogía de hombros.

— Es complicado. Ha pasado mucho tiempo, y ya no tengo claro si lo que sentimos el uno por el otro es algo más que un buen recuerdo. Creo que él me evita.— confesé, mientras la pelirroja me cepillaba el pelo. Cómo había echado eso de menos. Ella dejó el cepillo a u lado y me miró, señalándome con el dedo.

— Pues ya podéis arreglarlo porque no pienso permitir que todas las guardias que me comí para dejaros a solas en la habitación sean en vano.—arqueé las cejas y sonreí.

— ¿En vano? Nami, ambas sabemos lo que pasaba en esas guardias, y creo que te gustaban...— las mejillas de la pelirroja se volvieron del mismo color de su pelo, censurándome con la mirada.—¿ Tú has hablado con...?

— No. Y no vayas por ahí, eso era solo sexo, y ya está.— me mordí el labio, intentando contener una sonrisa. Su boca y su corazón a veces, contaban verdades diferentes. Aún si, decidí dejar el tema estar.

— Venga, deja que te enseñe lo que te he comprado.— sus ojos se iluminaron como hacía años que no veía, provocándome una sonrisa satisfecha.

***

Cubierta del barco, 22:00 h.

Había echado esto de menos. Movía la copa de vino mientras observaba la escena que se desarrollaba ante mí. Brook cantaba y tocaba mientras Luffy, Ussopp y Chopper le acompañaban bailando. Zoro bebía sake a mi lado, mientras cierta pelirroja intentaba no perder la paciencia con Sanji. Miré con nostalgia al carpintero que le enseñaba al trio de chicos cómo podía cambiar su peinado de mil formas diferentes. Franky había cambiado tanto, que empezaba a dudar de que realmente fuese el mismo hombre que me besó delante de todos en este mismo barco, dos años atrás.

Suspiré sin poder evitarlo y le di un buen trago a la copa de vino que tenía entre las manos. Noté un movimiento a mi lado y como el peliverde me observaba con su ojo sano.

— Hoy le toca guardia, ya sabes lo que debes hacer.— dejó caer, con su característica voz ronca. No dijo quién pero, no hizo falta. Asentí, agradecida por la información. Una sonrisa traviesa alzó las comisuras de sus labios, haciendo que arquease las cejas con curiosidad.— No olvides esperar a que todos estén dormidos...

Suspiré, divertida, recordando las situaciones que habíamos provocado en el pasado por no respetar esa norma.

***

Habitación de las chicas, 00:00 h.

Daba vueltas por la habitación sin saber qué hacer. Nami estaba cartografiando y yo me debatía sobre si debía subir o si debía quedarme. Esta situación me recordaba tanto a esa primera noche hace dos años...Pero, las cosas habían cambiado. Lo que había pasado lo había cambiado todo.

Le seguía queriendo...Pero, ¿y él? ¿Me querría a mí? Empezaba a dudarlo. Me pasé las manos por el pelo, nerviosa. No servía de nada estar así. Enfrentaría la verdad, y seguiría adelante con ella.

Crucé la cubierta a toda prisa y subí por la trampilla del nido del cuervo con el corazón desbocado.

Una tenue luz iluminaba la estancia proyectando la sombra de ese alguien que conseguía que se me erizase la piel. Al igual que aquella primera vez, él miraba por la ventana, con aire distraído. Este lugar me traía tantos recuerdos. Carraspeé para hacerme notar, el carpintero ladeó la cara para ver quien le acompañaba. La sorpresa salpicó su rostro durante unos segundos, pero no dijo nada.

Thousand Love by Nico RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora