(12). Hijas de las remil put4s

11 8 0
                                    

Capítulo 12
Macay

Lo odiaba eso era seguro, ¿Quién se creía para hablarme de esa manera? Todas y cada una se las iba guardando esperando el momento para devolverle todo con la misma moneda que me pagó.

— Tocaré el tema de la semana pasada, ¿Cuál fue el tema Kayurkha? — pregunta la profesora en dirección a una de mis compañera.

— La empatía como recurso para entender a otros.

— Bien, ahora quiero que elijan a un compañero suyo y lo presenten con la clase, cual es su personalidad, cuáles son sus gustos, que les entristece, que les alegra, entre otros detalles. — hace una pausa mirando detalladamente a cada uno — puedo intuir que no tienen afinidad con todos así que será aún más
interesante. Es una buena oportunidad para conocer a nuevas personas ¿Que dicen?

— Oiga maestra— todos voltearon en dirección a Zeus observando su brazo levantado llamando la atención de la profesora, — Creo que no soy compatible con ninguno de ellos, sería mejor no forzar las cosas…

— No creo que seas compatible con nadie para eso deberías tener humanidad.— le digo de mala gana.

Se endereza poniendo su vista en mí — Que hipócrita de tu parte.

— Si hablamos de hipócritas tú te llevas el premio mayor,  Cavalier. — le respondí volviendo a ver hacia el frente, esa discusión era estúpida, y no le daría el gusto de provocarme.

— Por favor, calmense, no discutan, yo haré los equipos.— interviene la profesora.— Zeus tu trabajaras con Macay.

¡Excelente!, Mi día no puede ser peor, ahora me toca trabajar con este imbécil.

(...)

— Oye Cavalier. — lo llamo — ¿Podemos hacer la tarea hoy?

— Hoy no puedo Blaeck, nos hablamos después para ponernos de acuerdo.

— No puedo hacerlo después, no todos tenemos el mismo tiempo libre.

Se mete un chicle en la boca en señal de estrés — Podemos hacerlo más tarde en mi casa.

— ¿Por qué tendría que ir a tu casa? Podemos hacerlo aquí, nos sentamos y ya.

— Está bien entonces.

— ¡Bebé! — suspiré reconociendo esa voz. — ¿Qué estás haciendo con ella?

— Solo hablamos de la tarea, es mi compañera.

— ¡Ay lo lamentamos por tí! Enserio— estúpida, quién se cree para hablar como si yo no estuviera a escasos metros de ellos.

— Nos vemos después de clases, en la biblioteca — dicho esto di por terminada nuestra conversación, estaba llegando tarde a mi siguiente clase y debía ir a los vestidores para cambiarme el uniforme de gimnasia.

(...)

— ¡Hijas de las remil putas! — grité en cuanto no encontré mi ropa después de la ducha.

Ni el maldito brasier me dejaron, me cago en la puta, ¿Qué hago? Mierda, ya revisé todo el lugar y lo único que encontré fue una sudadera y una esquelética mojada, vamos Macay, solo debemos encontrar a alguno de los chicos, lo peor que pudiste haber hecho fue entregarle el celular a Mich.

Respire hondo cerrando mis ojos, debo salir como sea o me dará un resfriado, me puse lo que encontré y salí de las duchas deseando encontrarme a alguna de las chicas, pero no, hoy el día está propiciado a ser el más mierda de todos para mí, a la mierda todo. Abroche bien mi máscara y salí.

El frió del aire acondicionado chocó contra mi piel descubierta, la esquelética mojada no ayudaba a la situación, olvidé por completo que en esta clase estaba sola.  Tome asiento antes de que la profesora llegara al salón.

Al entrar observo el salón, y su mirada cayó en mí, — Bien, antes de comenzar, ya puedes salirte señorita Blaeck.

Mis ojos se abrieron demás— ¿Qué? ¿Disculpe?

— Ve a la dirección por favor.

— ¿Por qué? — está profesora desde el primer que llegué noté que era una persona machista.

— Bueno para empezar estás mojada.

— Oh, no lo había notado profesora, ya se secara, no quiero perderme la nueva unidad. — ironice

— Además estás vestida inapropiadamente. — ¿A qué se refería con “Inapropiadamente” pensé.

Amablemente le expliqué.— Solo es una camiseta.

— Con un texto incendiario.

— No hay groserías, ni nombres de drogas en ella. — me defendí, ella estaba dispuesta a sacarme sin una excusa concreta.

— Desperdicias mi tiempo.

— No trato de hacer eso, sigamos con la clase. — trataba de zanjar el tema, pero la profesora no estaba dispuesta a dejarlo así.

— Puedo verte todo, en esa camiseta — Qué sorpresa profesora, no lo había notado, gracias por su aclaración. Hablé en mi mente. — Y eso no es bienvenido en mi clase, necesito que te cubras.

Me hice la desentendida, sabía su punto pero ella solo me juzgó cuando claramente podría haber hablado conmigo en otro lugar, así que iba a dejarla en evidencia, — O sea los pezones, Blaeck.

— Griezmann — Zeus le gruñe, siempre el imbécil metiéndose en cosas que no son de su incumbencia.

— Bueno no necesito que explique nada en mi nombre.— dice la profesora en tono notoriamente molesto.

— Espere, espere, ¿Los pezones no son bienvenidos en su clase? ¿De biología?

— Salte de una vez, por favor.

— Todos tienen pezones, ¿Qué tienen de inapropiados los míos? Si me echará de la clase en la que tengo derecho de estar, al menos debería darme una explicación de cuál es su problema.

Sus labios se volvieron una línea recta, está molesta— Es ofensivo, este es un salón de clase, y estás vestida como una prostituta.

Me quedé perpleja al escuchar la última palabra, y todo lo que podía escuchar a mi alrededor era, ¿Que dijo…?, La llamó prostituta, la profesora tiene razón, y así avanzaban los murmullos donde le daban la razón a la maestra.

— Básicamente te estás prostituyendo para llamar la atención, y es perjudicial, Macay. Desearía que te respetaras un poco, pero por ahora te pido que te dirijas a la oficina de la señora Fransua, ¡Ya!

Me puse de pie, Zeus se acercó quitando su chaqueta poniéndola encima de mis hombro, no le di importancia, le dirigí la mirada a la profesora, y le sonreí cínicamente. — Claro que me iré,  le explicaré y sobre todo haré énfasis en la palabra prostituta.

Salí del salón con ganas de mandar al diablo a cualquiera que se me cruzara pero no tenía ganas de nada, el dolor de cabeza me estaba matando, había tenido dolores intensos.

— ¡Macay! ¡Macay!

— No me importa quien seas, por favor déjame en paz.— respondí de mala manera sin detenerme.

— Solo quiero darte está invitación.— la persona se posó delante de mí, era Atenea la hermana de Zeus.

— Eres igual de testaruda que tu hermano, deberías dejar de seguir sus pasos.

— También es un gusto volverte a ver Macay, es una fiesta sorpresa, por favor no le digas — me súplica.

— Está bien, pero no prometo asistir, tal vez tenga algo programado.

— Tomaré tu respuesta como un sí. — me da un sobre y se va corriendo a quién sabe dónde, supongo que hay cosas que no cambian, Atenea es la versión más tierna de Zeus, pero supongo que tenerlo de hermano acarrea tener actitudes similares.

Sí iré, no me he perdido ninguno de los cumpleaños a excepción de los últimos años que estuve en el internado. Veremos qué nos espera.

Reto de novios ©Where stories live. Discover now