36| Hay que hablar

36 10 11
                                    

Por que si perdonais a los hombres sus ofensa, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.
Mateo 6:14




-Vamos- dijo Sahúl y se subieron en un taxi - iremos a un lugar tranquilo a hablar.

Llegaron a un mirador muy lindo eln la ciudad.

Se sentaron, ya era cerca de las 6 de la tarde, no habían muchas personas en el lugar, sólo una pareja de novios, un matrimonio con sus hijas y una señora con sus dos amigas sacándose fotos.

-Es impresionante que seamos hermanos- dijo Sahúl viendo hacia el cielo.

Tifi sonrió

- No nos parecemos.

- Quizás si- dijo mostrando una sonrisa divertida - te acuerdas que aquel último día que estuvimos en Brasil dijimos que íbamos a hacer hermanos... se nos cumplió.

- Fue muy fuerte la forma en la que me enteré... dolió - dijo mientras las lágrimas amenazaban con salir.

-Fluye, sácalo, deja que salga- dijo dando palmaditas.

- Mi papá nunca me dio el cariño que necesité, siempre fue algo...grosero, siempre vivía estresado, cuando se fue de la casa dijo que me odiaba... que yo era igual a mi madre... no me buscó ni nada y eso me duele, no lo odio, pero me duele- secó las lágrimas - Yo no entiendo como es que vos no llevás sus apellidos.

-Mmm sobre eso... si los llevo, yo soy Gonzáles Montenegro.

- Entonces ¿por que en la graduación y siempre habías dicho que sos Gámez Montenegro?.

- Por que quise que siempre me dijeran los apellidos de mi madre, estaba tan enfadado con papá que no quería escuchar ese apellido.

-¿Cómo hiciste para que los maestros accedieran a llamarte con los apellidos de tu mamá?.

-Soy Sahúl, eso era fácil - dijo levantando ambas cejas.

- es extraño todo esto, ¿Cómo hacías cuando mencionaban mi apellido?

-Preferia no hablar de eso.

- Sabes, quiero decirle que lo perdono, eso haría Jesús en mi lugar. Aunque me siga doliendo todo esto.

- Creo que Jesús está sonriendo al escucharte... no podemos juzgar a nuestro papá... vos sabes que el no conocía a Cristo, si, nos hizo mucho daño, pero...lo mejor que podemos hacer es perdonarlo... ¿Te gustaría que lo llamemos para decirle?

Tifi asintió mientras lloraba.

Sahúl sacó su teléfono y llamó a su papá.

- ¿Crees que venga a estas horas? - preguntó algo nerviosa.

Sahúl asintió

Tiempo después vieron a un hombre alto caminar hacia donde ellos estaban. Venía llorando.

Tifi caminó hacia el, ahora que lo veía si podía no tan que tenía un parecido a Sahúl.

- Perdóname, no fue bueno enojarme así- dijo acercándose.

-hija, Perdóname a mí- el lloraba sabía que todo lo que estaba sucediendo era obra de Dios.

- Te quiero papá.

Los tres se unieron en un abrazo.

Se sentaron un rato más, el papá de ambos les propuso la idea de que se fueran a vivir con el.

-Lo siento, pero yo no puedo... he orado por esto y no es algo que Dios quiera para mí- dijo Sahúl co mucha sinceridad.

- Yo tampoco puedo, no puedo dejar a mi mamá sola...

- Está bien, los entiendo, pero déjenme ayudarles... si algún día me necesitan llámeme, debo irme del país ya que tengo que atender la empresa, pero lo que necesiten sepan que aquí estoy.

Tiffany le había pedido a Sahúl que no le contara más a su papá de lo que ella vivía en casa de madre, no se sentía bien para contarlo.





Esto es corto, pero ahora todo tiene sentido.

No Hay De Que Temer. Libro II (Trilogía) [Los Sueños de Dios]Where stories live. Discover now