45. Un año diferente (+18)

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Alina Potter

Alina se acercó a la puerta trasera de su casa la cual estaba rodeada de flores de todo tipo menos un pequeño camino que daba a la puerta de la cocina. Se acercó a la entrada y golpeó tres veces y vio un movimiento repentino detrás de la ventana de la cocina.

- ¿Quién está ahí?- dijo una nerviosa voz, que reconoció como la de su madre

- Soy yo. 

La puerta se abrió inmediatamente. Allí se mostró a la Sra. Potter, con una bata azul que usaba para andar por la casa.

-¡Alina! - exclamó la Sra. Potter

- Hola mamá

Alina miró a su alrededor y vio que su madre no estaba sola a pesar de la hora que era. Una bruja mayor con cara redonda y el pelo de color castaño claro, estaba sentaba en la mesa agarrando una taza grande entre sus manos.

-¡Hola querida!

-Hola, tía – la saludó

Alina miró a su madre y pensó que parecía exhausta, incluso enferma. Ciertamente, su aspecto era menos vistoso que de costumbre. Tenia unas grandes ojeras y la tez mucho más pálida.

La Sra. Potter cerró la puerta del vacío jardín y luego dirigió a Alina por los hombros cerca de la luz sobre la mesa para examinar su aspecto.

- ¿Qué tal te ha ido? – le preguntó su madre

- Bien. Mejor de lo que esperaba

- ¡¡¡Gigantes!!! A quien se le cuente... - gritó su tía Marge de repente. Odiaba cuando hacia eso.

- ¿Tienes hambre? – preguntó Euphemia interrumpiendo a su cuñada

- Sí, tengo hambre- dijo sintiendo lo hambrienta que estaba.

La Sra. Potter golpeó un pote grande de hierro con su varita mágica el cual provocó un sonido metálico ruidoso y comenzó a burbujear inmediatamente.

-Tu padre ya está en la cama, desde luego, no te esperábamos a esta hora. Aquí tienes... - Ella dio un toque el pote otra vez; esto se elevó en el aire, voló hacia Alina y se posó sobre la mesa. 

Su madre se sentó frente a ella. La tía Marge se levantó de la silla y se sentó en otra más cercana a su sobrina.

- Cuéntanos querida, ¿Cómo te ha ido en la misión? – preguntó su tía

Alina tenía su boca tan llena de sopa caliente que no podía hablar.

- Bueno... Se diría que no he conseguido lo que Moddy quería qué hiciese – dijo

- Nadie puede dominar a los gigantes – dijo su tía – Ni siquiera tú

- Lo sé. Pero no perdía nada intentándolo

- ¿Sabían quién eras? – preguntó su madre

- Sí. Perfectamente – contestó . - Pero eso no ayudó mucho. Aunque bueno, era mejor que supieran que era un hada y no una bruja. Eso les habría echo enfadar. No soportan a los magos.

Tragó una cantidad grande de sopa caliente y sintió su garganta quemándose. Alina propició un bostezo detrás de su mano.

- Sube a descansar- dijo su madre cuando se dio cuenta de que su hija ya acabó de cenar.

- Buenas noches, mamá. Buenas noches, tía - dijo levantándose de la silla y dejando a las dos mujeres solas en la cocina.

Su madre había colocado en su dormitorio un florero grande de flores azules sobre el escritorio delante de la pequeña ventana.

Una Vida Diferente | Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora