Jeon era un detective muy reconocido por sus excelentes casos resueltos.
Era un hombre adinerado, soltero, frío, testarudo y orgulloso.
Todo estaba en "orden" hasta qué las autoridades de Seúl lo contactaron por un caso realmente escalofriante.
El...
Sentado frente a Min yoongi, se mantenía sereno y serio. Estaba listo para confesar, pero primero quería saber si el trato se había cumplido.
— ¿Cómo están?— inquiero preocupado y sonríe de lado.
— viviendo su vida de mujer embarazada, está feliz. Minho y tu madre están también a salvo… Ellos nunca fueron parte del asesinato, solo fueron víctimas.— explicó con cautela y suspiró aliviado.
— ¿Dónde está Ji-a?— preguntó y chasquea la lengua.
— no puedo decirte con exactitud la ubicación, sería peligroso. Solo te diré que ella está lejos de corea.— me cruzó de brazos y él me extiende un pequeño sobre el cual no dudo en tomar, siendo algo dificultoso por las esposas.
Abro el sobre y saco lo que lleva dentro. Fotografías caen sobre la mesa y observó una por una, aparecen mi madre y Minho en el supermercado y otras en la casa antigua de Busán. En otras está Ji-a quien aparece con su vientre ligeramente abultado y siendo notorio por los vestidos apegados que usaba.
— Están siendo vigilados constantemente, no hay de que preocuparse.— trató de tranquilizarme. Estaba aliviado de que ellos estuvieran bien, pero joder… Quería estar con ellos.
— ¿Debo declararme culpable?— inquiero y asiente sin dudarlo.
— después de todo, has pasado por encima de la ley… Dejaste un cargo importante, dejaste el caso 97 sin culminar, huiste con una asesina, fuiste cómplice de varios asesinatos y mataste a Min.— resumió y suspiré.
— quiero verla.
— Es imposible y lo sabes. Ella volverá dentro de unos años, ahora debe mantenerse lejos. Da tu confesión, declárate culpable frente al juzgado y todo estará bien.— tragué saliva y asentí.
— lo haré. Me declaro culpable.
La sala de interrogatorio se quedó en silencio, yoongi saco de su bolsillo derecho del saco que llevaba una pequeña fotografía, la dejó sobre la mesa y se levantó.
— Yang también quiere verte, no creas que se ha olvidado de ti… Solo se mantiene en ese lugar por tu hijo jeon.
Tomé la fotografía y tomé una bocanada de aire sintiendo mis ojos ponerse llorosos ante la ecografía. Aún estaba pequeño, casi ni se veía, pero aun así sabía que dentro de algunos meses estaría con yang.
— cuídalos.
— como si fuera mi propia familia.— completó.
Salió de la sala y policías entraron nuevamente, listos para llevarme a la celda donde me habían colocado junto al imbécil de Tae-Hyung quien casi huye.
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Sentado con las muñecas y tobillos esposados, estaba a punto de escuchar mi sentencia, el juez había leído los cargos de los cuales se me acusaban y simplemente me había declarado culpable como había acordado con yoongi.
