Capítulo 3

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El choque de mis dedos contra el teclado del ordenador resonaban en todo mi despacho. Estaba acabando de escribir unas cuántas propuestas para mejorar el marketing y la publicidad de la empresa y debía mandar los informes antes de esta tarde. 

Llevaba ya una semana y media trabajando con la marca de ropa del menor de los Ruíz. Podría decir que había sido una tortura, pero estaría mintiendo. Mis compañeros me habían acogido super bien y el trabajo era realmente lo que buscaba y soñaba una vez hube acabado el grado relacionado con publicidad y marketing. Puede ser que el mero hecho de no haberme cruzado ni una sola vez al castaño mejorara mi humor y me hiciera trabajar más a gusto. 

Después de nuestra discusión en el interior de su coche tomé la decisión de evitarlo a toda costa, no quería volver a sufrir un encuentro como el de semanas atrás y mucho menos hacer que mi vida en Barcelona se pareciera a la de hacía cinco años. 

Unos toques en la puerta me hicieron apartar las manos del teclado, suspirando pesadamente. Me estiré en mi silla mientras le indicaba a la persona que estaba tras mi despacho que entrara. Una chica pelirroja, alta, de ojos verdes y con unas bonitas gafas sobre estos hicieron que sonriera. Era Samantha, una chica un poco mayor que yo que llevaba trabajando para mis jefes tres años. Desde el primer momento en que entré por la puerta se había ofrecido a ayudarme y me hizo sentir cómoda con ella desde el minuto uno. 

-¿Cómo vas Hera?

-Estoy acabando unos informes sobre marketing y publicidad, ¿y tú?

Sam había avanzado hacia mi escritorio, sentándose en la silla que quedaba libre frente a mi. Flexionó una de sus piernas, dejándola sobre la silla mientras que la otra colgaba de esta. Esta semana y media me había dado cuenta de que siempre se sentaba en esa postura. 

-Los diseños de la nueva colección me van a matar, quiero llegar a las expectativas de los compradores

Torcí los labios mientras escuchaba dejes de desesperación salir de sus labios. Sam trabajaba como una de las diseñadoras de ropa que la marca tenía en su equipo y era realmente buena en su trabajo. Durante esta semana había visto la página web de la empresa en la que trabajaba y había visto algunos diseños que Sam había realizado para ellos. A pesar de que nuestros jefes modificaban el diseño a su gusto, casi nunca perdía la esencia que el diseñador le había dado a la prenda. 

-Te entiendo, estoy aterrada y simplemente son unos informes sobre nuevas posibles estrategias de promocionarnos- le dije mientras me mordía el labio inferior

-¿Te vienes a comer a la cafeteria? Necesito un respiro

Sonreí en su dirección mientras volvía a teclear. 

-Déjame acabar esto y estoy contigo para comer

Sam aplaudió enérgicamente y asintió ante mis palabras. Vi por el rabillo del ojos como se levantaba de la silla y comenzaba a inspeccionar mi despacho. La verdad es que no había tenido tiempo de personalizarlo mucho a mi gusto ya que durante este tiempo había priorizado familiarizarme con el trabajo y mis compañeros antes que ponerme a decorar el despacho. 

-Tienes que empezar a personalizar esto, eh

-Lo estaba pensando, pero la verdad es que no he tenido tiempo

Media hora después, los archivos se estaban descargando en mi ordenador para después poder imprimirlos y entregárselos a cualquier de mis dos jefes. Si la vida me sonreía, al jefe rubio. Si no, pues tocaría entregárselos al castaño. Cogí el USB y cerré el ordenador, frotándome los ojos. 

-¿Nos vamos?- le dije a la pelirroja

Esta se levantó de un salto y ambas salimos de mi oficina. Nos dirigimos entre comentarios graciosos hacia el ascensor al cuál llamamos nada más llegar frente a él. Ambas saludamos a varios compañeros de nuestra misma planta y en poco tiempo llegamos a la cafeteria de las oficinas de Fake Gods. 

Primeras veces - Fanfic con Eric RuízNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ