Prólogo: "La Mujer Que Es Igual A Ella"

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La imponente llegada de los cuatro anteriores Hokages encendió por completo los ánimos. La contención del Juubi fue todo un éxito, molestando a Madara y a Obito. Tobirama, Hashirama y Hiruzen se acercaron a Naruto, Sasuke, Sakura, Gai y Kakashi para preguntar qué carajos estaba pasando, mientras el albino del sharingan esperaba impacientemente la llegada de una persona en particular.

-Y pues así está la cosa, viejo tercero.

El hombre mencionado asintió y de pronto vieron todos uno de los Kunai de Minato impactar el suelo y mostrar en un abrir y cerrar de ojos, la figura de una mujer de cabellos cortos, tez blanca y ojos rojos como la sangre.

Kakashi suspiró aliviado.

Había llegado.

-¡Se tardó demasiado, sensei! -exclamó Naruto, como una especie de reclamación hacia la mujer que había llegado. Tobirama vio su espalda, donde una gran cicatriz cubría en forma diagonal.

La chica se dio la vuelta, sorprendiendo a los presentes. En especial, a dos de ellos.

-Sí, lo siento. -se estiró con pereza-. Es que tuve… un pequeño problema. Los Zetsus llegaron a la Aldea y alguien tenía que matarlos. Eran más de doscientos. Añade eso a mi cuenta del libro bingo, futuro Hokage. -bromeó.

Le dieron un momento a la chica para actualizarse de la situación, saludando a Minato con efusividad y mostrándole cómo había dominado su propio jutsu de velocidad y evadiendo notablemente a Hiruzen cuando este le trató de hablar. La joven Uchiha estaba de buenos ánimos, hasta que escuchó una voz que la hizo activar su Mangekyou en seguida.

-Vaya, así que de verdad no fue pura ilusión mía ese día, si era tu esencia. -Obito había hecho presencia-. En serio estás viva. Itachi no pudo cumplir su parte del trato, que desperdicio…

A la joven le dio un tic en la ceja y no pudo evitar contestar de vuelta con la misma (y quizás más) intensidad.

-Y parece ser que en el puente Nanami se fueron tus neuronas con la mitad de tu cuerpo. -respondió completamente indignada-. Oye, Madara, abuelo, lo que sea que seas mio. -se dirigió al hombre al lado de su hermano-. ¿No se te ocurrió contratar a alguien un poquito más inteligente para ser tu perrito faldero? Mira que rebajarse a buscarlo a él…

Tonemi Uchiha no parecía para nada sorprendida de la presencia de su hermano menor, quien debería estar muerto. Kakashi la miró y recordó su reacción el día que se enfrentaron a Tobi, donde se quedó paralizada y pudo ver cómo su Sharingan cambiaba de patrón con la explosión de emociones que brotó en ella. No habían hablado de ello por el poco tiempo que habían tenido para conversar, sin embargo, había querido preguntarle desde hacía bastante, la razón de su reacción tras ver al enmascarado con el dojutsu de su clan.

-Espera un segundo… ¡¿Tú sabías que Obito estaba vivo y no fuiste capaz de hablarlo?! -exclamó.

Ella cerró sus ojos un momento, aparentemente para tratar de ordenar sus ideas y evitar golpear al albino.

-Pues claro que lo distinguí, es mi hermano. -comentó con un toque un poco molesto-. ¿Cómo no lo reconocería?

A pesar de toda la situación, Madara se dio el tiempo de explicarle a la mujer la respuesta que estaba buscando no solo ella, sino que todos quienes estaban en el campo de batalla.

-Obito tiene células de Hashirama incrustadas en su cuerpo. - hizo mención-. Las esencias se mezclan. No deberías ser capaz de distinguirlo.

-Minato-Sensei no me reconoció durante el ataque del Kyuubi. Tú tampoco deberías. - agregó el menor de los mellizos.

[ESP] Kazehana Shinden: La flor que voló junto al vientoWhere stories live. Discover now