[ESP] Kazehana Shinden: La flor que voló junto al viento

Capitulo 02: "Conociendo Un Poco Más De Ti"

Tal y como había pedido, a las 7:00 AM se encontraba la mujer de largos cabellos azabache en la entrada de la aldea con un bolso de viaje y un kimono de color rojo puesto. No había emblema Uchiha por ninguna parte, notó, y le pareció extraño de parte de su clan. Siempre se regocijaban con sus prendas y la gran insignia que los representaba, y esto lo hacía ver un tanto...

Vacío.

Pero concluyó que era parte del viaje, para que no la identificaran con facilidad. Y es que, como había dicho su hermano el día anterior, aunque no tuviera Sharingan (cosa que lo sorprendió un poco) era cotizada de todas formas, por varias otras razones. Simplemente su apellido pesaba mucho.

A su lado se encontraba un Madara hablando a viva voz, como si fuera mucho más tarde. Indicándole cosas, instruccionando a la chica y ella asintiendo como una obediente señorita. Escuchaba algunas palabras de aliento y algunos "debes demostrar el poder diplomático del clan" y que "estaba orgulloso de ella", ganándose simpáticas risitas y bonitos comentarios de su parte. Madara, tras notar la presencia del Senju menor, se dio la vuelta y antes de dejar que se saludaran los dos prontos compañeros de viaje, le habló un poco más bajito para que ella no pudiese escuchar.

-Si llega herida o con un solo rasguño... Te juro que esta vez sí te mato. -le advirtió-. A la mierda la alianza y la aldea. Hana vale mucho más que un trato entre clanes. -notó qué la llamaba por un diminutivo. Lo anotó mentalmente-. Así que cuídala. Te estoy encargando a la - hizo una pausa extraña para el Senju- futura matriarca del Clan Uchiha.

Por alguna razón, esas últimas palabras no sonaron tan convencidas de su parte, y aunque se moría de ganas de preguntar por qué, no hizo mayor comentario al respecto y asintió.

-No voy precisamente de adorno. Sé lo que debo hacer y lo que conlleva sacarla de la aldea. No me lo tienes que decir.

Hashirama apareció al lado de Kazehana, deseando suerte y entregándole algunos pergaminos que podían servirle en el futuro. Era un viaje bastante largo, la mochila que ella llevaba parecía bastante pesada y su sonrisa, brillante.

Ambos, como las almas alegres que eran, soltaron risas y vio a Madara relajar los hombros. Estaba más preocupado por ella de lo que el mismo Tobirama creía y sintió que no lo juzgó de manera correcta.

-¡Buenos días, Tobirama-san! -dijo con una alegría que casi lo contagia y una sonrisa más brillante que el sol (y que su hermano menor) -. ¿Está listo?

El hombre suspiró con desdén y asintió. Viajar con un solecito como ella era como viajar con su hermano, y por un momento pensó que iba a librarse de la energía radiante y contagiosa de este.

Estaba equivocado.

-Claro. Vamos.

Con señas, sonrisas y aparente emoción de parte de la dama, se despidieron de los dos líderes de sus respectivos clanes, quienes los miraron de lejos con sonrisas (Madara con una un tanto... Especial) y partieron rumbo a lo que sería uno de los tratos diplomáticos más importantes que quizá hayan hecho.

Los pajarillos cantaban alegremente mientras recorrían los árboles qué cubrían al shinobi y a la civil. El día aparentaba cierta calidez (pero no demasiada) y sus colores le daban la bienvenida a todo aquel que pasara.

-Hmm, qué fresca está la mañana. ¿No lo cree, Tobirama-san?

Escuchó un suspiro a su lado y se volteó a ver a la mujer con una sonrisa serena y sus ojos cerrados. Era realmente hermosa y sus pecas resaltaban aún más a la luz que el sol les brindaba.

-Se viene un buen clima. -respondió.

La chica lo miró y asintió con sus ojos azabache, enormes a su parecer, y siguió caminando. No parecía como si tuviera intenciones de seguir hablando y lo agradeció bastante, pues tampoco era demasiado bueno para entablar conversaciones y menos con personas que acababa de conocer. Kazehana parecía inmersa en la naturaleza y en todo lo que la rodeaba, y cada cosa nueva, ella la resaltaba con gran entusiasmo.