Capítulo tres.

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2013

Había sido un camino tosco hasta este momento para ambos.

Los vengadores habían hecho todo lo que estaba en sus manos para acabar con el reinado de Loki, pero para su sorpresa fue él mismo quien renunció a dicho puesto y les regresó su añorada libertad.

Sus tropas habían regresado a Asgard y después de un largo tiempo, su padre aceptó su estadía en la Tierra.

Ambos se habían escondido de los ojos de S.H.I.E.L.D., quienes habían estado atentos a cualquier movimiento del asgardiano, quién con algo de timidez, se mudó al departamento de Don bajo la promesa de buscar su propio lugar después.

El rubio realmente esperaba que el nunca se fuera.

Se habían acostumbrado con suma rapidez a la presencia del otro, y es que la atracción que había entre ellos era algo que ninguno había experimentado antes.

Don adoraba llegar a casa y ver a un emocionado asgardiano contarle sobre los nuevos libros que compró en alguna librería de la ciudad.

Sin embargo, las dudas habían comenzado.

Loki nunca había sentido que su relación con Don necesitase de un algún título, pues en Asgard no funcionaba así.

"Esto no es Asgard, estúpido"

Se había regañado así mismo cuando comprendió el porque la mirada asustada del rubio cuando alguien preguntaba sobre su relación.

Así que esa mañana cuando el rubio estaba por ir a trabajar, se despidió cariñosamente de él y salió rumbo a las ruidosas calles de New York para llevar a cabo su magnífico plan.

Había decidido hacer una cena romántica, cocinar un poco de pasta y preparar ese pay de limón que a su rubio le fascina.

¿Es cursi?

Si.

Pero no pueden culparlo cuando aprendió todo sobre el romance humano en las películas que Don a veces le mostraba.

Y si bien su magia podría haber hecho de las suyas en la cocina, decidió hacerlo todo con sus propias manos.

Si Thor fuese capas de mirarlo justo ahora seguro se burlaría de él.

Una dulce risa se escapó de sus labios y antes de darse cuenta ya había terminado con la preparación de su noche especial.

Tomó una ducha, se colocó un traje elegante y peino sus cabellos delicadamente.

—He llegado, Loki!

Y finalmente el dueño de sus suspiros hizo presencia en el departamento.

Loki caminó sonriente hacia el y besó dulcemente sus labios.

—Me alegra que estés aquí.

El corazón de Don se sintió removerse al oir aquellas sinceras palabras.

—A mi también me alegra que estés aquí.—El rubio miró con curiosidad la mesa con velas y flores que estaba cerca del balcón.—Veo que estuviste ocupado mientras no estaba.

—Solo un poco.

Ambos sonrieron mientras sus mejillas se sonrojaban.

—Aun no soy un experto en las costumbres humanas, pero enserio quiero hacerte sentir especial, Don.

Las manos del dios fueron tomadas por las del analista.

—Créeme que ya haces un gran trabajo.

Don y Loki tomaron asiento uno frente al otro y probaron la deliciosa comida que el pelinegro había cocinado.

Ya estaban probando el postre cuando el rubio decidió finalmente hacer la pregunta obvia.

—¿Hay algo que quieres decirme?

El azabache lo miró confundido, o quizás solo pretendió estarlo.

—Una cena linda, velas, flores, pay de limón.—Una sonrisa se le escapó mientras enumeraba.—Debe haber algo importante que quieres decir.

Loki rió suavemente, al parecer su rubio era más intuitivo de lo que imaginaba.

—En realidad, si.

—Soy todo oídos.

Don dejó los cubiertos aún lado y le dio su completa atención al pelinegro.

El asgardiano no recordaba haber estado así de nervioso antes.

—Eres un ser humano precioso, Don.—Habló suavemente.—He aprendido tanto sobre ti, sobre mi, sobre nosotros. Estos meses que he pasado en la Tierra han sido la experiencia más hermosa que he vivido en toda mi vida.

—¿Pero?

—No hay ningún "pero".

Loki le sonrió sinceramente y tomó las manos del rubio.

—Quizas suene apresurado, pero quiero hacer las cosas bien contigo.—Con algo de timidez miró los ojos claros del rubio.— Quiero que hagamos una promesa, una donde ambos sepamos que al despertar estaremos juntos.

Una risa nerviosa se le escapó a Don.

—Aquí en la Tierra le llamamos matrimonio.

—Entonces seamos uno.—Loki sonrió inocentemente.

Don casi se ahoga con el agua que bebía.

—Comúnmente se acostumbra primero ser novios antes de contraer matrimonio.—Sus mejillas estaban sonrojadas.

—Lo sé, tonto, solo jugaba.

El pelinegro rió suavemente y besó los nudillos del analista.

—¿Me harías el honor de ser tu novio, Don?

—Será todo un placer, Loki Laufeyson.

El pay de limón había quedado en segundo plano, pues ahora estaban más entretenidos en probar sus labios entre pasos torpes hacia la habitación.

[💫]

Hola! Quiero darles las gracias por todo su apoyo💓

Estamos cerca del final de esta historia🕵‍♀️

𝐇𝐨𝐦𝐞- 𝐋𝐨𝐤𝐢𝐮𝐬حيث تعيش القصص. اكتشف الآن