La Chica de ToMan (Mikey x Tu)

Capítulo 13

Te Necesito

Omnisciente
Actualidad

—¡¿Cómo qué murió T/N-Chan?! —titubeó Takemichi, sosteniendo a Mikey, quien sangraba a un costado de su cabeza al recibir un disparo—. ¡¿Cómo murió?!

—Mi vida no fue más que sufrimiento —sonríe con nostalgia y dolor—. Y la extraño mucho. Soy un idiota por haberla dejado.

***

Hace 12 años

—¡T/N, sal de esa habitación! —golpeaba la puerta un peli azabache, luego pega la oreja en esta pero recuerda que la habitación de su amiga era aprueba de ruido.

—¿Ya? —pregunta algo impaciente su amigo de mechas rubias.

—Ee —se hace a un lado.

Kazutora sonríe emocionado por lo que iba hacer.

—Siempre quise hacer esto —chilla y se prepara—. ¡Policía de Chicago! —exclama y patea la puerta, abriéndola como un agente—. ¡Sí, eso es! —celebró—. ¿Qué carajos? —desvanece su festejo y queda inmóvil.

La habitación estaba hecha un lío, bolsas de frituras y dulces, envoltorios de comida chatarra, latas de refresco aplastadas, papeles de colores en forma de corazón, y música a alto volumen, que por cierto, sonaba Shinunoga E-wa de Fuji Kaze.

—Parece un basurero —su amigo hace una mueca de asco—. T/N, levántate y limpia este chiquero antes que vengan tus padres —camina hacia la cama y quita las sábanas, mostrando a la chica que lucía un desastre viviente.

—Mi padre me quitó la felicidad —comienza hablar con la voz apagada—. Yo necesito quitarle eso también —parpadea con lentitud—. Necesito a Mikey —comenzó a llorar a silencio.

Kazutora recoge varias bolsas de frituras, golosinas y barras energéticas, cuando levanta una envoltura de chocolate se consigue con una fotografía de ella y de Mikey.

—¿Por cuánto tiempo seguirás así? —Baji va al estéreo para apagar la música.

—¡No la apagues! —le dice alzando la cabeza—. Sólo bájale —vuelve a mirar el techo—. Esa es la canción favorita de Mikey.

—¿Te tomaste tus medicamentos? —Kazutora deja la foto en el escritorio y sigue recogiendo el desastre como amo de llaves.

—Un —asintió ella, dejando fluir más lágrimas—. En vez de quitarme la depresión siento que me la pone peor.

—Ok, a levantarse —el de pelo largo va a donde está su depresiva amiga, la agarra de los antebrazos—. Anda a darte un baño —la carga como un costal de papas—. Luego veremos una película o una serie o lo que sea.

—Baji, ¿podemos comer un helado?

—Lo que tú quieras, Pinypon —con una mano abre la puerta del baño.

—¡Yo quiero helado! —pide Kazutora, asomándose por esta y dejando de limpiar.

—¡No! ¡Solo es para ella!