Demasiado.

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No fue la mejor de las ideas. Pero si Harry era feliz, el malvado demonio Crowley y el guardián de la puerta de Este, el ángel Aziraphale, también lo eran. 

Sin olvidar que la presencia de Harry les daba aventuras que nunca jamás imaginaron. Y les hacía la vida un millón de veces más interesante, feliz y entretenida de lo que pudo haber sido. 

— ¿Qué opinas? ¿Crees que he exagerado en algo? —pregunta Aziraphale mientras rodea la mesa de la cocina y muestra la absurda cantidad de postres decorados. 

—Define exagerar... —musita Crowley examinando los pasteles. —Son niños humanos, ángel. Podrían morir por una intoxicación de azúcar. 

— ¡Pero también vendrán nuestros invitados! —aclara. —Mira, el almuerzo serán hamburguesas caseras con vegetales, y algunas vegetarianas. Los mini sándwiches son de pepino y la gelatina de frutas no les hará daño alguno. 

— ¿Sándwiches de pepino? —Crowley los nota en una esquina. — ¿Quién diablos come sándwiches de pepino?

—Los ingleses, Crowley. —se defiende. — ¿Quieres dejar de atacarme? ¡Fui de más ayuda qué tú!

— ¡¿De qué hablas?! —Crowley se cruza de brazos. —Pasé toda la noche preparando los obsequios, ¿tienes idea lo difícil que es hacer origamis de gatos?

— ¿De gatos?

—Harry quiere que todos vivan la experiencia de tener un felino, hasta los que son alérgicos. —ha tomado uno de los curiosos sándwiches. — ¿Estos no son los que preparaba tu amiga para el té?

—Si te refieres a la reina Victoria, sí. —alardea muy orgulloso. —Son esos.

— ¿Qué esos no eran los que llevan mantequilla y pepino? ¡Los niños van a odiarlos!

Aziraphale le quita el sándwich y lo abre a la mitad. —Obviamente lo mejore, agregue un poco de queso crema y algunas especies. 

El demonio Crowley arruga la nariz. —No creo que vayan a ser el éxito que esperas.

—Ahg- ¿Dónde está Harry? Los invitados no tardarán en llegar y tiene que estar listos para recibirlos. 

Mientras Aziraphale sube las escaleras en busca de su hijo, Crowley examina que el ángel cambio su clásico traje beige por un moderno suéter de azul cielo y lleva un curioso y entallado jeans negro que tornea de manera exquisita ese par de gruesos muslos que lo ponen un poquito bastante loco. 

Es casi ridículo imaginar que seres celestiales, de inmenso poder, preparen una fiesta infantil un sábado a medio día. Pero es una realidad porque Harry fue invitado a una en su segundo mes de kínder y preguntó porqué él nunca había celebrado así su cumpleaños. 

La respuesta fue sencilla, no sabían que Harry quería una. Además, solo habían ido a una, la fallida fiesta de Warlock, y sinceramente no querían que aquel desastre se repitiera. Sobre todo Crowley, todo menos ver al ángel tratar de entretener a mocosos niños revoltosos con su terrible acto de magia. 

Así que Harry expresó que más que querer, necesitaba una fiesta para su próximo cumpleaños o sino posiblemente moriría de tristeza. 

Y Harry sabe que su papá no es capaz de decirle que no cuando lleva el azul mirar de su otro padre. Y también  es lo bastante listo para saber que su papá Fell tampoco sabe decir que no cuando este le pregunta con la viperina mirada, casi líquida, de su papá Crowley. 

Así que han entregado las invitaciones a todos los compañeros del salón de Harry. Y obviamente a la buena tía Anathema y a su exótico esposo Newton. También Nina y Maggie llevaran a la pequeña Alondra a su primera fiesta de cumpleaños. Muriel aseguró presentarse también.

Azira-papá.Where stories live. Discover now