𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔́𝐍𝐈𝐂𝐎

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ᯇ    

¡Alto! Contenido sexual explícito.
Uso de lenguaje vulgar y descripciones.
Leer bajo tu propio riesgo.

Tiempo cronológico
del canon aproximado:
Golden-23.

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Velocidad, equilibrio y técnica. Desde que tenía uso de la razón, Ken se vio obligado a hacerse uno con aquellos conceptos, y desde entonces los aplicaba con vigor como un karateka que ostenta el privilegio de ser digno del cinturón negro, merecedor de una lista de galardones por su fuerza y precisión. Esto llevó a que su espíritu se fusione de tal forma con aquella filosofía que su vida misma mostraba un perfecto equilibrio entre la mente y el cuerpo. Mente y cuerpo… se repetía por dentro. Velocidad, equilibrio…

—Oh, Ken… Por favor, te necesito…

Los gimoteos de aquella mujer fueron acallados por un beso feroz, la lengua de él exigiendo entrada en su boca, reteniendo cualquier tipo de sonido vocal gutural que ella pueda emitir cuando él, abandonando cualquier autocontrol, se empaló profundamente dentro de su húmeda hendidura, las paredes internas de ella acogiendo todo su eje hasta lo más profundo de su estrecho canal.

Bushido, el Camino del Guerrero, los principios seguidos por los samuráis que regían la vida de cualquier artista marcial sin importar su estilo: honestidad, disciplina… Lo había oído tanto de su padre que las palabras parecían arraigadas a él. Disciplina, equilibrio… Aprendió por mano dura lo que significaba mantener una perfecta armonía entre el cuerpo y la mente para causar un mayor daño a su oponente. El artista marcial debía respirar aquella filosofía. Convivir con ella, entenderla, aplicarla. En una pelea, la letalidad de la técnica era indispensable. El equilibrio… ¿Qué equilibrio?

—Mmm.. Tan apretada, hana… Siempre me tomas tan bien… —él ronronea, soltando una risa bajo su aliento, mientras se deja dominar por la euforia y el éxtasis del momento. Su boca dejando besos ardientes en la zona erógena del cuello de ella, los gemidos de ambos combinados con el choque húmedo de ambas pieles mientras él la toma sobre aquel pequeño mueble.

Las caderas de Ken golpean de forma implacable y contundente contra las de su amante, ella tomando cada centímetro de él, apretándolo de la manera más deliciosa, rodeándolo con su calor húmedo desbordante. Él gruñe de placer, sus dedos se clavan en las caderas de ella tal forma que denota poco interés por las futuras marcas que saldrán en su delicada piel, perdido en la lujuria ardiente y desenfrenada que acelera los latidos de su corazón al ritmo frenético de sus caderas. El sudor perla sus músculos, se siente sofocado en ese estrecho escondite, su respiración convertida en cortos jadeos, pero eso no disminuye el fuego de la pasión que quiere consumir en el cuerpo de ella.

—Ah, joder, joder… Es demasiado… Extrañaba tanto esto… —ella gimotea. Sus uñas arañan sus omoplatos, ella también sucumbe a la delirante pasión. Pronto la joven comienza una sucesión de intensos gemidos mezclados con otros sonidos de obvio placer, el dolor electrizante tan delicioso la hace temblar debajo de él y pedir más. Ojos llorosos, mejillas sonrojadas, expresión de puro éxtasis, tan libidinosa, erótica, queriendo esto tanto como él.

Que se joda el equilibrio del espíritu, pensaba Ken, si su cuerpo y su mente se volvían dos cosas incompatibles cuando tenía su polla sumergida en las cálidas profundidades de aquel coño que estaba reclamando como suyo. Cualquier equilibrio mental se habría ido al diablo cuando le da rienda suelta a su instinto primitivo y carnal, el cual domina sus movimientos de forma involuntaria, buscando más de ese el dolor fusionado con el placer, una mezcla tan abrumadora que los estaba llevando al límite.

ᝬ .ᐟ  𝗹𝗼𝘃𝗲𝗿  :  𝐜𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 𝐭𝐬𝐮𝐛𝐚𝐬𝐚Where stories live. Discover now