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— Se ve tan deliciosa, ¿no Suguru ? — gruñó Satoru, su voz llena de lujuria. Sus ojos estaban llenos de hambre y deseo mientras te miraba acostado en la cama, mirándolos a ambos con una mirada seductora.
— Por supuesto Satoru — respondió Suguru mientras pasaba sus dedos ligeramente por tus muslos. Movió su mano aún más arriba y rozó con sus dedos tu intimidad vestida.
— Ahh Suguru — gemiste necesitadamente — ¡Deja de burlarte! — Te quejaste, Satoru colocó su dedo contra tus labios —¡Uh uh! No hables, cariño — te reprendió en broma.
Suguru te sostuvo por las rodillas y abrió suavemente tus piernas, te arrancó las bragas haciéndote jadear de sorpresa, Satoru aprovechó esto como una oportunidad y metió dos de sus dedos en tu boca — Chupa — ordenó Satoru.
Te atragantaste con sus dedos mientras mirabas a Satoru con ojos nublados. — Nuestra niña bonita —Elogió.
Suguru bajó su rostro entre tus muslos, lamiendo tus pliegues, te retorciste mientras él jugueteaba con tus pliegues. Dejó pequeños besos suaves en tus muslos, sus manos acariciaron el exterior de tu centro haciéndote estremecer de placer.
Mientras Suguru te follaba con su lengua, Satoru metió su miembro dentro de tu boca, agarró unos mechones de tu cabello y te acercó. La baba corría por tu barbilla mientras tus labios se separaban alrededor de su polla, las lágrimas se acumularon en tus ojos mientras él seguía moviendo sus caderas, golpeando el fondo de tu garganta.
Él gimió mientras sacaba su polla de tu boca y dejaba caer semen en tu cara, luego recogió un poco de semen con sus dedos y te lo metió en la boca, lamiste hábilmente sus dedos, haciendo girar tu lengua alrededor de ellos, abriste la boca mostrándole que te tragaste todo su semen.
— Buena chica — Elogió, Satoru se unió a Suguru mientras dejaba marcas de mordiscos en todos tus muslos haciéndote sollozar, se paró a un lado acariciando su polla mientras Suguru deslizaba un dedo dentro y comenzó a prepararte, moviéndose a un ritmo suave.
— Qué desastre, ¿no? — Cuestionó en broma —Joder, me encantan los sonidos que haces — gruñó.
— Por favor, Suguru — sollozaste, sacó sus dedos y los lamió. Suguru agarró su miembro y pasó la cabeza de su polla arriba y abajo por tus pliegues haciéndote gemir de placer.
Satoru dejó un rastro de chupetones y mordiscos alrededor de tu cuello, desde la clavícula hasta el pecho, el dolor te hizo jadear.
— Por favor — gemiste —Dilo ¿Qué quieres?— Preguntó con voz ronca, agarrando bruscamente un mechón de tu cabello.
— ¡Te necesito! ¡Quiero tu polla dentro de mí! — Suplicaste, todo tu cuerpo temblando de placer.
Apretó con más fuerza tu cabello mientras se introdujo contra tu necesitado agujero, Inmediatamente lloraste y dejaste escapar un grito desesperado. —Oh, te quejas tan bonito — te arrulló.
— Nuestra sucia puta — elogió Satoru, agarraste el miembro de Satoru y lentamente comenzaste a acariciarla mientras Suguru penetraba tu intimidad.
Tu apretado interior se extendía y lo empuja aún más profundamente —¡Oh Dios, sí! Por favor, Suguru más fuerte—
Tus gritos y súplicas lo llevaron al límite, haciéndolo embestir aún más fuerte, Suguru gruñó — Lo estás haciendo muy bien bebé — te aseguró, te sentías como si estuvieras ebria — Te llenaré con mi semen— Él gimió mientras aceleraba sus estocadas, chocando furiosamente contra ti, su polla daba en el lugar correcto con cada embestida.
— Estoy muy cerca — Gritaste, comenzó a acariciar sin piedad tu clítoris haciéndote sentir como si tu cuerpo estuviera en llamas, todo tu cuerpo tembló y se sacudió hacia adelante cuando te corriste, él se corrió un segundo después, liberando su semen caliente y pegajoso dentro de ti.
— Ahora me toca a mí —dijo Satoru mientras te inclinaba en el borde de la cama— ¿Lista para mi polla, puta ? — Él dijo con voz áspera, frotando su polla contra tu centro goteando semen.
— Por favor, toru-...oh Dios mío— gemiste mientras te arqueabas contra su polla, se introdujo contra tu sensible coño y comenzó a moverse a un ritmo constante — Por favor, no puedo, es demasiado —Sollozaste, sintiéndote abrumada —Lo hiciste muy bien, cariño — habló Satoru mientras te sentaba suavemente en su regazo.
— Suguru, ¿crees que nuestra puta puede tenernos a los dos dentro de ella al mismo tiempo? — Su mano se movió hacia tu cintura mientras se posicionaba para entrar en ti, Geto se rio entre dientes —Por supuesto que puede, después de todo, es nuestra chica —Gojo te bajó sobre su miembro haciéndote gemir fuerte, Geto se movió detrás de ti, su polla provocando tu intimidad, no sabías cómo encajarían ambos en tu interior considerando los tamaños, pero estabas dispuesta a hacerlo funcionar. Jadeaste ante la intrusión cuando Geto comenzó a empujar dentro de tu agujero. Arqueaste la espalda cuando él entró — Mírate cómo nos tomas tan bien —susurró Gojo, dejando que su aliento te hiciera cosquillas en la oreja.
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