Resident Evil: Reencarnado con Gamer Devil Fruit

#29 Cody se convierte en Hashirama por un minuto

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1996.

Ada tenía 22 años.

Era joven, pero había pasado por mucho.

Ella no era la típica joven.

Ya era una de las profesionales más cualificadas dentro y fuera de su campo independiente a pesar de su corta edad.

No era apropiado decir a qué edad comenzó a trabajar mientras hacía malabarismos con su amplia educación, estudios y títulos universitarios...

Ella era un genio peligroso que había visto una buena cantidad de peligros y oscuridad.

Ella ya había pasado por el infierno y había regresado numerosas veces, bailando cerca y rozando el borde de la muerte.

Fallecidos.

Su mente y sus habilidades se habían reforzado más allá de la comprensión humana y sus instintos eran tan agudos como una espada.

Para ella, ser espía y asesina era más que un trabajo; ella era un pez en el agua y era su vida.

Su vida diaria, su formación y su educación consistieron en afrontar riesgos en todas partes.

Ella era la asesina más hábil de Chicago, una ciudad plagada de terroríficos pistoleros.

Ella era la persona que disparaba el arma más amenazante e intimidante de Chicago.

El hecho del asunto decía mucho...

Ella era, solía ser la matona de una pandilla, la matón más dura y egoísta que usaba tacones altos para mayor astucia.

Ella no se asustó; para quienes la conocían y todo lo que realmente significaba, ella era el cuerpo del susto, el espíritu del miedo mismo.

Un espantapájaros.

El Baba-Yaga propio de Chicago.

Cualquier veterano que tuviera la desgracia de encontrarse con ella en su camino hacia la cima de sus habilidades y viviera para contarlo se consideraba afortunado y contaba sus bendiciones.

Un encontronazo con ella nunca fue algo bueno.

Sin embargo, ahora, de repente sintió un peligro que era difícil de describir y aterrador al sentir que se acercaba.

Venía del hombre frente a ella...

De repente, algunas cosas se estrellaron contra el suelo de cemento bajo sus pies.