Capítulo 7

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Nami

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Nami.- ¡¡Me tenéis hasta el gorro!!.- bramó con enfado, tenía su puño en alto y una aura de terror rodeándola. Frente a ella se encontraban los otros cuatro integrantes, arrodillados  y con sus cabezas llenas de chichones por la fuerza bruta de la navegante.

Retrocedamos varios minutos antes...

Nami.- ¡¡Chicos!! ¡Pronto llegaremos a Loguetown!.- anunció, observando uno de los tantos mapas que tenía.

Luffy.- ¡¡YA-HOO!!.- gritó con ilusión.

En ese momento, Luffy y Usopp se encontraban arreglando la barandilla del barco que habían roto los marines en su ataque del pasado día.

Debido a la euforia de por fin pisar tierra, la morena ejerció más fuerza de la debida rompiendo lo que llevaba arreglado y cayendo al mar.

Usopp.- ¡¡AAHH!! ¡¡Socorro!! ¡Hombre al agua! ¡Repito! ¡Hombre al agua! Aunque no sé porque se dice eso, si la que se ha caído en este caso es Luffy que es mujer.- empezó a desvariar con una mano apoyada en su barbilla y mirando hacia arriba en una pose pensativa, esperando que llegara una solución milagrosa a su tan importantísimo dilema. Olvidando a su capitana que estaba ahogándose en el mar en sus narices.

Sanji y Zoro salieron de la cocina con rapidez por los gritos. Los dos querían salir a la vez, pero la puerta era muy estrecha y ninguno iba a dar su brazo a torcer.

Zoro.- ¡Apártate, cocinero de cuarta!.- le gritó al rubio que tenía a su izquierda y al igual que él, ejerció fuerza para salir primero y "ganar".

Sanji.- ¡Cállate, cabeza de césped!.- comentó con una vena marcada en su frente y chocando su frente con la del espadachín.

Como consecuencia de los movimientos bruscos y la violencia de sus cuerpos, rompieron el marco de la puerta

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Como consecuencia de los movimientos bruscos y la violencia de sus cuerpos, rompieron el marco de la puerta. Cayendo hacia delante, con la mala suerte de rodar por las escaleras y yendo de cabeza hacia el mar por el mismo sitio que Luffy.

Usopp.- ¡¡AAHH!! ¡Hombre al agua! ¡Hombre al agua! Ahora si, aunque son dos.

Nami estaba en la habitación de navegación, cuando escuchó mucho ruido y chillidos. Preocupada y alarmada por un nuevo ataque de la marina fue a la cubierta.

Los Tambores de la LiberaciónWhere stories live. Discover now