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— ¡Gol! — retumbó en el estadio cuando el balón entró por la portería de los diablos rojos. — ¡Eres el mejor! — gritó Diego antes de besar el escudo de su playera y ponerse bruscamente de pie de su lugar.

—Siéntate siéntate y cálmate, la niña se te va a salir. — dijo Adriana con una risa y con un poquito de vergüenza Diego se sentó.

—Perdón.

—No te preocupes. — el gol de Álvarez dorsal 132 abrió el marcador entre los diablos rojos de la sub 16 al minuto 20.

Diego sin imaginarlo ya había cumplido 24 semanas, y al fin habían podido ver a Valentina “bien chido” como había prometido Edson con ese ultrasonido mamalón.

Desde ese momento no hubo un día en el que Edson no le dijera a Valentina que:

—El viento afuera se siente caliente, la luz del sol tarda en esconderse y el olor de la tierra después de la lluvia es lindo… Descubrimos gracias a tu ultrasonido que te pareces un montón a Diego, nombre mija eres idéntica al pinche chaparro, igualita, la misma nariz, la misma trompita, el mismo pinche perfil, es idéntico idéntico neta. — mencionó al vientre de Diego mientras estaban recostados en la cama. —Te juro por dios que lo único que vas a tener de mí, mi amor, va a ser el apellido. — besó con cuidado la zona y Diego lo miraba a la par que le acariciaba el cabello.

A Diego aún le parecía difícil tener que separarse de Edson cuando éste jugaba fuera.

Había veces que se tenía que ir los viernes y regresar los domingos, Diego se quedaba demasiado triste de ello; pero tenía que acostumbrarse, cuando Edson jugara en primera división sería aún más complicado.

Pero afortunadamente el encuentro de Edson este fin fue en el azteca, y descansaba el sábado entero, un día completo dedicado para él y su bebé.

Y nada mejor que aprovechar una nochecita de viernes después de una victoria y recién bañaditos para pasarlo juntos.

—Me quisiera dormir mil años aquí. — le dijo Edson cerrando poquito a poquito los ojos.

—Duérmete. — le respondió Diego y Edson se pegó más al cuerpo de Lainez para acurrucarse.

Pero alguien entró al cuarto a interrumpirles su momento familiar.

— ¡Omar, la feria! — exclamó Adriana que se veía que acababa de llegar de la escuela, pues aún tenía el uniforme de la secundaria puesto.

Edson apretó más los ojos, frunciendo el ceño.

— ¿Por qué hay feria en marzo? —preguntó en un murmuro.

—No sé, pero qué bendición, ándale, párate y vamos.

—Chinche, ando bien madreado, si quieres vamos mañana. — propuso.

—Ándale, vamos, de seguro Diego no las conoces ¿Alguna vez has ido a una feria? — preguntó Adriana yendo a sentarse al sillón del cuarto.

—Pues he ido a Six Flags, ¿Eso cuenta?— Diego le hacía piojito a Edson y Álvarez reprimió una sonrisa para poder negar.

—No Diego, yo no hablo de esos lugares de fifis y toda la onda, hablo más de una feria así como de barrio, esas son las buenas. — respondió Adriana.

—Pues no, en ese caso no he ido nunca.

— ¿Y te gustaría ir? — preguntó la menor.

—No veo por qué no.

𝘈𝘮𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘋𝘶𝘦𝘭𝘦 ||𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯 𝘈. 𝘹 𝘋𝘪𝘦𝘨𝘰 𝘓.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora