18 | TAKEN

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Mike se encuentra sentado en su cama, con su guitarra en las manos, aunque no la toca, tiene su mente en otro lado

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Mike se encuentra sentado en su cama, con su guitarra en las manos, aunque no la toca, tiene su mente en otro lado.

En Will. Y en cómo esa tarde en el salón va a cambiar todo ahora. No tiene sentido hacerse el tonto; es imposible ignorar lo que ambos querían: besarse.

Entonces Will realmente le gusta devuelta, no cree que esté jugando. Si Mike logra superar los nervios, podrían funcionar muy bien juntos. Claro, quisiera expresarle ahora sus sentimientos, decirle que le gusta, pero le preocupa que todo se desvanezca, que sea algo efímero y que después las cosas no sean las mismas.

No sabe si es capaz de decirle frente a frente, y un mensaje se le hace muy vacío y simple. Pero irónicamente, es mejor escribiendo de sentimientos que diciéndolos. Entonces el consejo de su psicóloga resuena en su mente: si no puedes expresarlo verbalmente, escríbelo.

Si puede hacer eso.

Mike toma una hoja de papel y comienza a escribir. Sus manos tiemblan ligeramente mientras las palabras fluyen de su lápiz.

Describe cada sentimiento, cada pensamiento, cada deseo que ha tenido desde que conoció a Will. Se siente nervioso, inseguro de si debería seguir adelante con esto. A medida que escribe, su mente divaga y se distrae. Rasga hojas y hojas, frustrado consigo mismo por no poder expresarse como quiere.

Muerde sus uñas, una vieja costumbre que resurge cuando está muy ansioso. Siente que todo su esfuerzo es demasiado cursi, empalagoso.

Lo que él más odia, pero Will ama.

Piensa en si llegarán a estar juntos. Tener a Will sería difícil. Sería una guerra constante que podría terminar en cualquier momento o seguir hasta un final que dolería mil veces más. Como las otras millones de parejas existentes en el mundo.

Pero ya no importa si las cosas salen mal. No importa si el dolor perfora su alma y el llanto lo consume. Ya no importa. No importa si es por y con Will.

Se centra de nuevo y prosigue con la escritura. Las palabras fluyen con mayor facilidad, su pluma se desliza sobre el papel sin esfuerzo. Intenta plasmar cada detalle de lo que siente por Will, aunque suenan como palabras que él difícilmente admitiría en voz alta, palabras que es probable que Will no crea. Después de todo, él mismo no las creería si las leyera.

Finalmente, Mike termina la carta. La lee una y otra vez, asegurándose de que cada palabra transmita lo que quiere decir. Está nervioso por entregarla, pero también se siente aliviado. Ya que ha encontrado una forma de expresarse, de dejar que Will sepa cómo se siente.

BETTER THAN REVENGEWhere stories live. Discover now