Capítulo 7 | Besar(T)

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Quackity y Luzu no hablaron al respecto sobre los dos días que pasaron juntos a causa de la tormenta.
Aunque no ocurrió nada, había algo que volvía extraño el ambiente y ellos lo sabían. Sentían esa tensión que los unía aún cuando estaban solos en un mismo departamento, lo que les hizo pasar la mayor parte del tiempo acurrucados junto al otro.

El azabache no pudo ocultar su decepción al notar que Luzu se devolvía a su apartamento, no le gustaba la soledad.
"Puedes verme en el balcón" había dicho con una sonrisa después de despeinar su cabello con cariño.

Pero no habían cumplido eso con frecuencia pues ambos eran adultos ocupados. Quackity por lo general se quedaba dormido antes de que Luzu llegara del trabajo, y si lo escuchaba llegar temprano era porque llevaba a uno de sus famosos ligues al que tendría que escuchar gemir en voz alta. Lo odiaba, era nauseabundo.

-¿En qué piensas?- Rubius le empujó la cadera sacándolo de sus pensamientos. Había estado lavando la cafetera por cinco minutos seguidos.

-En la inmortalidad del cangrejo.

-¿Son inmortales?- se cruzó de brazos con la espalda en el mostrador, no había mucha gente concurriendo el lugar por culpa de las inundaciones que la tormenta había dejado.

-No se wey, por eso pensaba en eso.- tomó un trapo con el que comenzó a secar aquel utensilio más que brillante.- Deja de chingar, no estoy de humor.

Y no mentía, hoy era uno de esos días donde no tenía ánimos de nada, no quería hablar con nadie. Era poco si decía que no quería ni respirar.
Rubius pareció notar el mal humor de su amigo, obedeció alejándose en silencio de él para fingir leer las recetas de los nuevos postres que Vegetta había implementado en el menú.

Un mensaje hizo vibrar el celular en su bolsillo, de mala gana lo sacó para leer en la barra de notificaciones:

Minino: Mira por la ventana, Patinho.

Algo confundido hizo caso al mensaje fijando la mirada en el gran ventanal empañado en pequeñas gotas por la llovizna, Cellbit sonreía desde afuera con un paraguas en mano.

-Ah mira, estás sonriendo.

El azabache miró a su amigo dándose cuenta que de verdad estaba sonriendo, una ligera sonrisa, pero era más de lo que podrían conseguir de él en un día de mierda como ese.

-Voy a... Salir un momento.

No se molestó en quitarse el mandil, salió a toda velocidad del mostrador y recorrió el café hasta la entrada en tiempo récord, sus mejillas estaban rosas cuando salió al refrescante exterior donde aquel castaño le miraba con ilusión. Se había arreglado la barba y recortado el cabello.

-Hola.- murmuró con esa bonita voz con acento.- ¿Muy ocupado?

-No realmente, casi no hay clientes por las inundaciones.- tomó del brazo a Cellbit acercándolo al pequeño techo que sobresalía de la fachada, recibiendo muy pocas gotas de la llovizna.- ¿Qué haces aquí?

-Visitarte.- dijo, cómo si fuera lo más obvio del mundo.- ¿Estás bien? te ves triste.

Lo habían descubierto, al parecer no sabía disimular sus sentimientos.

-Solo es un mal día, no te preocupes mucho por eso. Ahora, ¿quieres algo del café? yo invito.

Cellbit ladeó la cabeza dudando en creerle, sabía que no debía indagar más si no quería incomodarlo así que se limitó a asentir alcanzando la mano de Quackity.- Lo acepto si bebes algo conmigo.

-No hay mucho trabajo, por mi perfecto.

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Amar(T) en el Alfabeto | Luckity - Chaosduo.Where stories live. Discover now