capitulo 9

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El meg se acercaba hacia ellas, pero eso poco le estaba importando a Lisa, ella seguía forcejeando por abrir la rejilla para intentar sacar a Jennie, pero ésta estaba completamente atorada.

Jennie la miró y puso su mano sobre la rejilla que las separaba.

—Tienes... Tienes que irte —cada vez se estaba asfixiando más por la falta de aire—. Lisa... vete, es demasiado... peligroso.

Al final la azabache se desmayó cayendo hasta el final de la jaula.

—¡Lisa, la polea cayó al agua!, ¡Las va arrastrar al fondo, date prisa! —anunció Seulgi.

Indispuesta a dejarla morir, nadó un poco más al fondo para llegar al otro extremo de la jaula para intentar abrirla por ahí.

Para suerte de ellas el meg se distrajo con la trampa que el equipo había armando con la segunda polea, dando tiempo suficiente a Lisa de sacar finalmente a Jennie.

La tomó de la cintura y comenzó a subir a la superficie, tratando de darse prisa al divisar al meg volviendo hacia ellas.

Lisa abrazó con fuerza a Jennie y cerró los ojos esperando lo peor, cuando inesperadamente el meg empezó a asfixiarse.

La rescatista abrió los ojos al darse cuenta que aún vivía para observar al tiburón con confusión hasta recordar lo que pasó.

¡El veneno hizo efecto después de varios minutos y ahora estaba muriendo!

No dudó en aprovechar esa oportunidad y subió a la superficie alertando a sus compañeros.

—¡Por aquí!, ¡Lancen una soga! —les hizo señas con su mano libre.

Una vez subiendo al bote, el médico tomó su pulso preocupado porque no respiraba. En el momento de darle respiración boca a boca, Lisa lo empujó y se la dió ella misma realizando las maniobras de RCP.

Todos estaban preocupados porque la azabache seguía sin respirar o abrir los ojos, pero los más aturdidos eran Jong-suk y la desesperada Lisa que hacía lo posible para despertarla.

—Vamos Jennie, tu puedes —murmuraba haciendo las compresiones sobre su pecho— ¡No puedes morir!, ¡Se lo prometí a tu hija!

Sin embargo nada pasaba...

Lentamente sus ojos se abrieron despertando desconcertada. Siendo el rostro de alivio de su padre lo primero que vio.

Intentó levantarse, pero Sehun la tomó de los hombros y la ayudó a enderezarse de manera más lenta y suave.

—Wow, tranquila Jen —le sonrió cálido—. Estuviste muerta tan solo un momento.

La azabache miró a su alrededor algo perdida, hasta que su vista se posó en la rubia que estaba recargada sobre el marco de la puerta de brazos cruzados con una expresión seria.

—Eso estuvo demasiado cerca —su expresión claramente denotaba muchas emociones.

Jennie miró a su padre y al doctor como pidiéndoles que les dieran un momento de privacidad.

Al principio su padre se negó, pero gracias al médico lograron quedarse solas un momento.

Lisa tomó asiento a su lado aún sin borrar esa expresión de su rostro. Aquella azabache la había preocupado demasiado.

—Te dije que no fueras, fue muy peligroso Kim.

—Si, pero...

—Carajo mujer, tienes una hija. No puedes ser tan egoísta —gruñó—. No sabes la angustia que nos hiciste pasar a todos.

En lo profundo (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora