𝟏𝟎

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   𝐏𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐛𝐚𝐫𝐫𝐨

  Fue una semana demasiado larga para ser real,por un lado Morana evitaba a Regulus desde la fiesta,el no había aparecido por ninguna parte dejándola plantada,convirtiendo la noche en una agridulce.

--Como se le ocurre plantar a una Potter?-- Se preguntaba así misma,intentaba convencerse que de era su orgullo el que estaba herido y no sus esperanzas de que el tenía algún tipo de interés en ella,tal vez vió fantasma donde no los había.

  Por otro lado está Regulus,quien por vergüenza no había intentado buscarla y explicarle que no fue su culpa no poder asistir,que algún bastardo lo había dejado encerrado en la oscuridad de la noche evitando su encuentro.Tenia miedo de que ella no entendiera su explicación,de que sólo lo viera como una excusa --aún a sabiendas que ella no pensaría eso de él-- tal vez la única razón a final de cuentas es que el temia hacerle frente a todo el asunto,porque eso implicaria reavivar la sensación de ahogarse,de temblar en miedo y quedarse sin aire,con sus dedos hormigueando y sus ojos cerrados con fuerza.

  Reavivar una y otra vez el trauma,en un círculo de no acabar jamás.

  Lorenzo y Theodore intentaban convencerlo de hablar con la chica,pero no lograban avances,el terco de el heredero de la noble casa Black no daba el brazo a ceder.

  ¿Y si él se arriesgaba y Morana no lo quería?

  ¿Y si de alguna forma supiera las cosas que él hizo?

  No podía correr el riesgo de que ella no lo quisiera,prefería dejar las cosas como estaban.

  Mientras tanto Morana caminaba por los alrededores de Hogwarts,su profundo conexión con la naturaleza siempre la llevaban a dar largas caminatas donde solo sentía el olor de las hierbas mojadas por la lluvia de horas atrás,la tierra húmeda pero aun firme bajo sus pies, el verde infinito y maravilloso que era la madre naturaleza.

  Todo era paz que brindaba la oportunidad de pensar con tranquilidad--o almenos lo era hasta que ese olor putrido lleno sus fosas nasales--la tranquilidad de la joven Potter fue interrumpida por ese olor tan familiar para ella.

  Olor a muerte.

  La coraza física de alguien pudriéndose en las cercanías.

  ¿Porque habria un cadáver tan cerca de la escuela? La pregunta no iba a quedar sin respuesta,se dejó guiar por su nariz,el olor era cada vez más intenso,más putrido y dando paso a sensaciones nauseabundas con las que la pelinegra estaba familiarizada.Llego hasta un lugar específico,ahí estaba,frente a ella el cadáver en descomposición de aquel joven desaparecido que la había invitado a la fiesta.

  Morana no sintió ese pánico o asco que sentiría cualquier otro ser normal --porque para empezar ella ni siquiera era normal-- solo rodeó el hueco analizando,la lluvia debe haber deslizado la tierra removida previamente,dejando al descubierto tal escena digna de pesadilla.

  Morana sintió un suave sonido bajo sus zapatos,un crujido ligero que la alertó de algo bajo sus pies,ella removió el barro bajo ella encontrando un anillo,los detalles alrededor de la piedra negra dejando leer "Black" en el brillante metal.

  Morana miro el anillo y luego al cadáver,ese fue el momento donde ella tomó una desición,donde apartir de ese pequeño instante su vida se dividiria por la mitad.El anillo encontró lugar en el bolsillo de su túnica,sus dedos se hundieron en el barro,sus brazos empujando la tierra dentro del hueco,el cuerpo putrefacto siendo cubierto nuevamente.

  El cielo comenzo a llorar nuevamente siendo el único testigo de la injusticia que era la muerte de un alumno inocente cuyo único pecado fue fijarse en una chica,muriendo a manos de los celos y ahora ese hecho siendo encubierto por la chica a la que había invitado a salir.

  Morana no sólo echó tierra al hueco sino a su alma,a su consciencia.El cielo rugia furioso sobre la cabeza de ella,quien miro el hueco ya cubierto,su mirada carente de sentimiento o remordimiento,sus respiración agitada por el esfuerzo,su ropa y rostro manchados en barro.

  Giró sobre sus talones retomando su camino hacia Hogwarts.Regulus estaba sentado en la sala de Slytherin frente a la chimenea,pero al sentir unos pasos cerca su atención fue hacia el pasillo,su corazón bombeó con fuerza casi siniestra al ver a la chica pasar,estaba sucia por el barro y su lenguaje corporal solo transmitia tensión.

  Regulus hubiera dejado pasar el asunto sino fuera porque sus ojos conectaron en algún punto,Morana sacó algo de su bolsillo dejándolo en la mesa del pasillo,y con pasos silenciosos se perdió de vista.El hermano menor de los Black supo que era algo para él,así que fue a ver que era.

  Su respiración se cortó, su cabeza empezando a dar vueltas con millones de posibilidades,todo su cuerpo experimentando dolor y temblores causados por el miedo.

  Frente a él estaba cubierto en barro su anillo,el cual perdió cuando asesinó y enterró a aquel estudiante.

  Ella sabía.

  Y ahora él sabía que ella sabia.

La sonata n° 14 ┆ 𝐑𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤Место, где живут истории. Откройте их для себя