23. Ramón

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—¿En serio?

Él solo asiente con la cabeza mientras me mira sentarme en la cama de la habitación. Sé que es una reacción un poco exagerada, pero wow, no esperaba esto hoy día.

—Sé que no he sido muy amable y que prácticamente te he forzado a que me cuentes la verdad, pero no es así. —dios ¿cómo lo digo sin sonar como una hipócrita? —Realmente quiero saber la verdad, pero no quiero que te sientas obligado a compartirla conmigo si no quieres.

—No, es lo que quiero, lo he pensado bien y me di cuenta de que tu amistad es mucho más importante para mí que un estúpido secreto.

—Okay...

—Como ya sabrás, La Realeza tiene como chantajearnos a todo —Ramón se sienta al lado mío, pero manteniendo su distancia—. Yo soy uno de ellos.

Su voz, nunca lo había escuchado tan serio, y puede que no sepa lo que haya hecho, pero claramente no puede ser nada bueno por como lo dice y además si La Realeza lo tiene amenazado.

—Antes de que llegaras, era amigo, si así se le puede decir, de Beau... podrás suponer a dónde va la historia. Beau era más que nada mi dealer, él me volvió un adicto, y tienes que pensar que yo tenía 15. Como no le podía pedir dinero a mis padres, por obvias razones empecé a hacer otras cosas por dinero.

Dios, otras cosas... pueden ser tantas opciones, pero realmente no me quiero imaginar nada antes de que él me lo diga, ¿qué pasa si en mi cabeza el escenario es mucho peor de lo que realmente es?

—Si no me quieres decir lo entiendo —claro, prefiero saber, pero también voy a respetar su privacidad.

—No, no tengo problema en contarte. —dio un respiro profundo y luego continuó—. Partí con las carreras, ya sabía correr, pero ahora corría en carreras ilegales por buenas cantidades de dinero, pronto mis compañeros se dieron cuenta de que iba muy drogado a las carreras y me echaron, ese mismo día terminé con Romina que era de mi equipo, y Tage no dudó en ocupar mi lugar, en ambos.

Tage, se me había olvidado ese sujeto, supongo que siempre le tuvo envidia a Ramón, desde un principio.

—Luego de eso, busqué otras formas de hacer dinero, pasé a vender drogas, pero no me iba tan bien considerando que las terminaba haciendo yo, luego pasé a las peleas ilegales, y luego aburrido de eso empecé a prostituirme. Porque la vida apesta, se grabó evidencia de varias de esas cosas que hice y esa evidencia llegó a manos de La Realeza.

Okay, mi peor escenario era que había matado a alguien, pero su realidad era un poco mejor. Aún así no fui capaz de contener unas lágrimas, uno escucha historias horribles de jóvenes que hacen eso y se sientan mal en el estómago, pero es muy distinto cuando conoces a alguien que tuvo que pasar por eso. 

—Mi papá es el vice-presidente de España, por lo cual su imagen y la de su familia es muy importante, él nunca se enteró de lo que pasaba, gracias a dios, pero mi mamá sí y mandó a mi primo a que me ayudara a mejorar. El año pasado fue duro, pase por toda la etapa de desintoxicación y no fue muy agradable, dejar todos los vicios atrás, las reacciones de mi cuerpo y además tratar de ocultarlo en Ritmasen para que no me expulsaran.

Levanté mi mirada y vi que él, al igual que yo, tenía los ojos lagrimosos y tenía una lágrima cayendo por su mejilla, la cual no dudé en secar, como alguna vez él había hecho conmigo.

—Siento mucho todo lo que pasaste.

—No es tu culpa, fue culpa de Beau que me arrastró con él. Eso es lo que él hace, se acerca a ti, es amable y luego te atrapa, al principio no es tan grave, todos probamos alguna droga de vez en cuando, pero luego te vuelves adicto y no encuentras forma de salir.  Le debo mi vida a mi primo, de no ser por él probablemente no estaría aquí contándote mi historia.

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⏰ Last updated: Jan 20 ⏰

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Besos de una TraiciónWhere stories live. Discover now