21.

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—Perdóname, por mi culpa casi te quedas sin alma...

—Está bien...fue mi culpa.

—Fue mi culpa por ser tan ignorante y débil...

—¿Débil? —sonrió, volteando hacia él— eres el diablo, no conozco a persona o ente más fuerte que tú.

—Tu me haces débil Yihyun —se sentó.

—¿Q-que?...

—No lo digo de mala manera, lo digo porque...

Se quedó en silencio sin saber que decir, o más bien como decirlo. Yihyun comenzó a preocuparse, se sentó al igual que el mirándolo con esa tención en sus hombros. Chan llevó sus pulmones de aire para después soltarlo en un fuerte suspiro, se sentó derecho pensando en las consecuencias que no solo le afectarían a él si no a todo su reinado, cada uno de sus demonios sufrirá siendo encerrados por la eternidad, la tierra estará en paz por siempre, ya no habrá maldad, será un mundo feliz lleno de bondad y tampoco lo quería, él deseaba que toda la creación de Dios fuera destruida.

—¿Chan?... —se acercó más a él, sentándose a su lado — ¿Estás bien?

—Yihyun...¿estás segura de esto?

—¿De qué?

—Lo de nosotros —la miró—, ¿estás segura que quieres intentarlo?

—Si —afirmó, segura—, quiero hacerlo. ¿Tú quieres?

—Lo quiero —tomó su mano—, quiero estar contigo Yihyun...eres un hermoso ángel, un inocente ángel y delicado ángel...con el cual estaría dispuesto a salir por el resto de mi eternidad. Haz lo que quieras conmigo, pídeme lo que quieras, lo haré, porque...te amo, me vuelves loco.

—Se que lo dices en serio...pero...también tengo miedo de que me dejes o me uses. No importa cuántas cosas lindas me digas...sigues siendo el diablo.

Quitó su mano, alejándose un poco de él. Era lo que más quería, estaba pasando, Chan le estaba entregando sus sentimientos y ella solo los rechazaba, ¿Por qué?. De pronto las nauseas entraron, salió de la cama para ir al baño pero Chan la siguió tomándola de la muñeca, no quería que se alejara, si se iba no podía hablar y sabía que no tendría otra oportunidad porque llegarían sus padres y ya no estarían a solas.

—S-suéltame...quiero vomitar.

—¡Te amo Yihyun!

Giró hacia él sin dejar de cubrir su boca, sintiendo como sus lagrimas chocaban con su mano y se empapaba. La respiración de Chan estaba agitada, las palabras habían salido, solo necesitaba un escudo para Yihyun y que estuviera a salvo cuando él no esté, saber donde esté sin verla o que algún demonio la siguiera, lo necesitaba para que nadie le haga daño. Soltó un suspiro aflojando el agarre de su muñeca, Yihyun intentó alejarse pero no fue lo suficiente para soltarla.

—Te amo...—repitió en un segundo suspiro.

—¿Y si regresa un demonio?...

—Descuida, me encargaré de eso. Pashtpantu.

Se acercó a ella tomándola de la cintura con delicadeza, luego el tiempo se detuvo, el corazón de Yihyun dolió por un momento comenzando a latir con rapidez sintiendo su rostro caliente. No sabía cómo reaccionar, ni siquiera podía moverse solo estaba sintiendo los labios de Chan contra los suyos, los carnosos labios de Chan, los cuales deseaba desde la primera vez que lo hicieron, pero ahora, no solo por atracción sexual, ahora esa atracción era sentimental, no lo veía como el diablo, como el demonio que era, ni siquiera se acordaba que lo fuera pues parecía más una persona que otra cosa.

El Juego de las Escaleras; Bang ChanOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz