Los días del celó de un omega podrían considerarse... caóticos, y eso era poco decir. El mundo donde vivían hacía poco los señalaba como los incitadores de un pecado que ni siquiera decidieron cometer, incitadores de comportamientos insanos. Y aunque ese mundo había cambiado, la señalización a los omegas aún no había acabado.
-¿Takano-san...?-
Takano lo sabía y por eso mantenía al pequeño de su omega encerrado en su habitación durante aquella semana tan desastrosa. Onodera estaba fuera de sí mismo durante esa época, era capaz de hacer cualquier cosa en cualquier lugar, sin importarle nada que no fuera pasar los genes a la siguiente generación.
Y al joven alfa eso le pasaba factura todos los meses.
-¿Por qué me dejas solo...?-El ligero sollozo tras la puerta lo hacía estremecerse cada que lo escuchaba.-Takano-san, ven...-
El pelinegro tragó saliva con fuerza para después sentarse en el suelo al otro lado de su habitación. El dolor que sentía en todo su cuerpo no se compararía al que sentía su pareja, al cual los supresores en esta época nunca lo ayudaban.
-¡Takano-san, ayúdame, por favor!-Diferentes golpes empezaron a bombardear la puerta que los separaba.
-Es mentira, mentira, mentira.-Se tapo los oídos, al tiempo que cerraba los ojos. No podía dejarse seducir por el olor, las palabras y su propio instinto que le indicaba que debía abrirse paso entre las piernas del omega y hacer lo que tanto anhelaban los dos.
-No es mentira, Takano-san.-Los golpes pararon de golpe y fueron reemplazados por una suave voz que era capaz de escucharse aún con sus oídos tapados.-Solo será una vez, ¿si? Solo una.-
-¡Mentiroso!-Su voz salió rasposa y llena de ira, casi como un gruñido.-Eso dijiste la vez pasada y mira lo que paso.-Takano recordaba aquel celó hace unos cuantos meses donde no pudo mantener el autocontrol que tan poco lo caracterizaba y había provocado que el menor no pudiera levantarse durante días.
No solo eso, su cuerpo lleno de mordidas, arañazos y chupetones lo hizo sentir como la misma mierda. ¿Cómo había sido capaz de lastimar a la persona que más amaba en el mundo? Onodera era su lindo y pequeño tesoro, solo suyo, lo que lo mantenía con los pies en la cabeza y no le permitía enloquecer. ¿Cómo había sido capaz de tal atrocidad?
-Solo una...-El susurró clamaba incesante, indiferente de sus sentimientos, sumido en el celó y el extasis de estar a punto de convencerlo.-Masamune...-
El pelinegro alejó la cabeza del refugio que había creado con sus piernas y brazos al escucharlo llamarlo por su nombre. Ni siquiera se había percatado pero sus brazos sangraban levemente, todo producto de las uñas que se habían clavado fuertemente en su piel.
-No sigas, por favor.-Le gustaría alejarse, irse de la casa y dejarlo solo, pero no podía, todo sería mucho más doloroso. Además de que la última vez que lo hizo, el omega rompió la puerta del cuarto y casi logra salir de la casa.
Un omega en celó en plena calle... no quería ni pensarlo, se volvería loco.
-Vamos, Masamune, ven acá, solo una.-
Ok, que lo llamara por su nombre de pila era su debilidad y él la estaba exprimiendo.
-¿So-solo una...?-El calor que sentía no podía ni mitigarse con todo el hielo del mundo. Sudaba, temblaba y se le dificultaba respirar de solo pensar el desorden que habría tras la puerta.
-Solo una.-El leve tono de emoción de la voz de su omega lo hizo dudar.
-Está bien...-Apoyó sus manos sobre el suelo y se levantó lentamente. Las piernas y las manos le temblaban, incapaces de contener la emoción.
Rodeó el picaporte con su mano, este era su último momento de sensatez, y lo sabía.
El sonido de la puerta abriéndose hacia dentro fue en lo único que pudo enfocarse al momento de que todo las feromonas del omega lo golpearon directo en la cara. Cerró los ojos y se quedó completamente estático ahí, frente a su habitación.
-Masamune...-Podía sentir el cuerpo de su pareja sobre él. Le rodearon el cuello y rápidamente cualquier sentido de honor, de tranquilidad o de control se fue al demonio.-Ríndete, sabes que gane.-Abrió lentamente los ojos, encontrándose con la leve sonrisa de superioridad de su omega.
-Siempre pierdo.-Dejó ir a su alfa interior, ya no podía contenerlo más.
Y la puerta tras ellos se cerró de nuevo, ahora siendo la barrera entre ellos y el mundo.
¿Qué puedo decir? Hola XD
Cambio y fuera mis amigos. Aquí Todoroki19.
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Un pequeño omega con un gran alfa.➖Sekai-Ichi Hatsukoi.➖
RandomLa vida cotidiana de una pareja de omega y alfa. La convivencia nunca fue tan difícil. ➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖ Aclaraciones: ⚠️ Los personajes pertenecen a Shungiku Nakamura. ⚠️ La historia es completamente de mi autoría. ⚠️ Basado en el manga y anime: Sek...