Extra 1

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El océano era tan oscuros y frío, sin embargo alberga muchas especies, Neuvillette es líder del pequeño grupo de sirenas y tritones, a menos los últimos, algunas sirenas y tritones suben a la superficie con la intención de conocer, la curiosidad es tan grande en ellas que muy pocas vuelve a sus orígenes, solo aquellos que han sufrido de verdad, son los que se han quedado ahí. Neuvillette sufrió, su cuerpo mostró marcas de cicatrices pasadas, incluso una tan notoria se entro en su vientre, que ya para ese tiempo comenzaba a desvanecerse.

Sentado y observando el horizonte marino, dió un suspiro y miro su muñeca derecha, días pasadas, estaba desnuda, pero ahora se encontraban cubierta por aquel brazalete especial que solo las sirenas más antiguas tenían, eran los legados de sus pasado, poseedores de magia pura y ahora había regresado.

Incluso saber la realidad de aquel regreso le causó intriga, incluso su corazón latía lento y dolorosamente, su mente comenzaba a jugar con el formulando preguntas y respondiendo se de manera negativa.

Tanto así que más de una ocasión derramó lágrimas brillantes. Su corazón sufría en silencio, tanto que no podía creer lo que ese tritón le había mencionado, tenía que ir a comprobarlo, no sabía si ese humano regresaría a su hogar abajo del océano, a esa fortaleza acuática pero debía investigar, debía saber.

Dejando todo atrás solo nado, fue rápido quería saber, su corazón latía con fuerza, pensando que lo encontraría de pie enfrente del cristal como aquella primera vez, recuerda que la primera vez lo ayudo, ya que había sido atrapado por la res de pescadores y se le hacia imposible nadar.

Sin ese hombre estuviera de pie detrás de ese cristal y no lo hubiera ayudado, ahora en la actualidad hubiera muerto.

Finalmente detuvo su andar cuando a lo lejos miro esa fortaleza, esos cristales, una vez nado hasta ella, solo para ocultarse en una esquina, viendo como una pequeña chica atendía a un mal herido Wriothesley.

Era extraño, la zona del cristal había cambiado, tenía dos plantas y en una de ellas tenía la habilidad de aquel azabache, el contrario miraba atento, podía ver máquinas y tubos conectados al chico, realmente se sintió mal, realmente ese chico estaba enfrentandose a la muerte.

— Wrio... Wrio...

Lo llamaba, pero sabía que no obtendría una respuestas incluso permaneció ahí por las siguientes horas pero no parecía a ver alguna reacción de parte del azabache, comenzaba a sentir en su corazon como era aplastado, mientras miraba ese cuerpo inmóvil, incluso los siguientes días que esa chica venía a limpiarlo, curar heridas y e intentar despertarlo, pero no sucedía nada.

— Wrio, no morir... No morir...

Susurro una vez más, solo para que posas ambas manos sobre el cristal.

De nuevo el tiempo pasó, todo lo que podía hacer Neuvillette era esperar mirar desde afuera como ese humano seguía "durmiendo" hasta que entró aquella chica, Neuvillette no sé preocupo por irse a esconder como había estado haciendo, se mantuvo ahí, viendo atentamente, cosa que esa chica se dió cuenta y en vez de asustarse como lo haría cualquiera mantuvo una calma, incluso mostró una sonrisa, ya que pudo reconocer de quien se trataba, después de limpiar al paciente camino hasta el cristal, en su altura era pequeña y aquel tritón se mantenía en la altura del cristal, la niña hizo señas para que estuviera cara a cara, cosa que Neuvillette sin miedo alguno lo hizo, quedó frente al rostro de la chica.

La pequeña chica solamente mostró una sonrisa y comenzó a hacer señas, esperando que el tritón pudiera entender, así siguió por un tiempo, hasta que hizo una seña de un abrazo, cosa que Neuvillette se sorprendió, puesto eso dlle daba a entender que podía estar ahí, con él para poder abrazarlo.

The Mysterious Triton [Haikaveh]Where stories live. Discover now