16. Lev Haiba

2.2K 110 8
                                    


Lev media 1,94 cm, mientras que yo media 1,62 cm, siendo mayor que él por un año. No me molestaba para nada esa gran diferencia de altura, al contrario, encontraba adorable que nuestra amistad haya sido gracias a eso.

Pasaron los minutos y cuando la campana sonó para indicar que entrábamos a receso me levante con pereza ya que el sueño aún permanecía presente en mi cuerpo.

Camine en dirección al salón de Lev, yendo por los pasillos del segundo piso con tranquilidad hasta que alguien me tapo los ojos por detrás. El aroma a perfume masculino invadió mis fosas nasales y sabía a quien le pertenecía, además de reconocer esas manos que siempre permanecían frias.

-¿Quién soy?

Preguntó con la voz más gruesa de lo normal.

-mhmm.. ¿Yaku? No espera ¿Kuroo? No, no.. Yamamoto. -reí.

-____..

-Sé que eres tú Lev, solo bromeaba.

Con cuidado quite sus manos para poder girar sobre mis talones hasta quedar frente a frente y le sonreí.

-¿No estas mintiendo?

Su semblante triste junto a su pequeño puchero me hizo abrazarlo con fuerza. No recordaba echar tanto de menos sus brazos pero esa muestra de afecto era poco común entre ambos. Apoye mi mejilla en su pecho y a los segundos noté que él también me estaba abrazando.

-No miento, lo juro. Tú aroma ya me lo sé de memoria.

Alcé mi cabeza. Estaba acostumbrada a mirar hacia arriba.

-Está bien, te creo pero solo si me das un besito.

Él sonrió.

Una pequeña risa se me salio por lo inocente que había sonado y sin pensarlo ni un segundo le di un pequeño beso en la mejilla, disfrutando del corto momento junto a la calidez de su piel.

Lev estaba por objetar cuando unos brazos lo jalaron. Era Yaku, quién comenzó a arrastrarlo.

-Buen día ____ , perdón por llevármelo así pero tenemos que hablar algo con el equipo y este bobo es el único que falta.- dijo rápidamente.

-Tranquilo, puedes llevártelo.

Moví mi mano al despedirme.

-Nooo..! ____ no me dejes!

-Nos volveremos a ver! -aseguré.

Apenas desaparecieron de mi vista oí los murmullos. Esos que invadían mis pensamientos sin pedir permiso. Esos que interrumpian los mejores momentos, cada día.

Ser amiga de Lev llevaba esas consecuencias y estaba dispuesta a cargar con eso pero últimamente se me estaba haciendo imposible asegurar mi bienestar.

A pasos rápidos y largos me fui de ahí. Volví a mi salón, ignorando de momento las miradas ya que apenas me senté en mi lugar cerré los ojos y cubrí mi rostro entre mis brazos al apoyar estos sobre el pupitre.

Eso era lo único de lo que Lev no estaba enterado por que yo suelo ser un libro abierto cuando estoy con él. Eso fue de ayuda para cuando lo conocí porque nuestra rápida confianza nos hizo acercarnos cada vez más. Sin embargo, aveces siento que no valgo la pena y no sé si debería hablar estos temas con Lev.

Después de nuestro encuentro, por alguna razón nunca más apareció. Inclusive me comentaron que todo el equipo de Voleibol se había ido. ¿A que exactamente? No lo sabía pero extrañaba a Lev.

El almuerzo se torno solitario sin su presencia y los recesos también. Ni siquiera salí del salón porque no tenía una razón para hacerlo, además de que el pupitre era bastante cómodo para dormir y no tuve más remedio que matar mi tiempo durmiendo un poco.

𝐇𝐀𝐈𝐊𝐘𝐔𝐔 ☆ 𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬Where stories live. Discover now